About the work
En medio de un bosque espeso y muy oscuro que nunca traspasan los rayos del sol, un dama de nieve duerme entre las sombras. Gritos de lechuzas, largos, escalofriantes y aterradores aullidos pueblan su noches, acuna el viento sus sueños y el aroma de un embrujo, de tan antiguo ya casi olvidado, todo lo inunda. Una lágrima gélida y amarga resbala a veces de sus ojos cansados. Quizá entonces recuerde. Quizá entonces, tibia la fe y la esperanza, con candor murmure su alma una oración.
Hubo un tiempo −al silencio del amanecer cuenta el céfiro entre sus ráfagas− que esta fue una región de extraordinaria hermosura. Cedros, almendros, robles centenarios, se alzaban con orgullo sobre ella, arroyos de aguas claras regaban sus tierras y una ciudad exótica, bellísima, muy misteriosa, al mundo regalaba su hechizo desde la honda ribera de un río espumoso y cristalino. Sus calles, estrechas y empinadas, olían a jazmín, a pan recién horneado, a especias dulces y aromáticas, canela y miel, almendras y pistachos. Resonaba en ellas el eco de las risas y los juegos infantiles, el bullicio alegre de los zocos, la vida y la felicidad. El tañido melodioso de las campanas acompañaba el paso lento de las horas y al anochecer, derrotado al fin el día, cuando todo era ya soledad y silencio, la magia susurraba al viento sus secretos y escribía su leyenda bajo cielos limpios, benignos y estrellados.
Un trágico vaticinio ensombrecía, pese a todo, el futuro de aquel reino: el soberano más cruel y perverso que los tiempos jamás conocerían habría de gobernar con furia ciega su destino. Con él desaparecerían la inocencia y la esperanza y una implacable plaga de muerte y desolación todo lo invadiría.
Imposible fue conjurar el sortilegio y, así, un día, un sol de fuego todo lo abrasó. La fantasía de los cuentos de hadas con sus genios, príncipes, palacios y princesas que mil y una noches poblaron los sueños de quimeras e ilusión huyó despavorida. Aguarda desde entonces la ruptura de un letargo, el despertar de un mundo indiferente a su agonía, el mágico conjuro que al fin quiebre el hechizo que la apresa y a las noches de Oriente devuelva su belleza, su aroma, su poesía...
A la espera, triste y olvidada, duerme Sherezade mientras tanto. Y es su alma rota quien llora entre las sombras cuando aún apenas despunta el día.
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Title Duerme Sherezade
En medio de un bosque espeso y muy oscuro que nunca traspasan los rayos del sol, un dama de nieve duerme entre las sombras. Gritos de lechuzas, largos, escalofriantes y aterradores aullidos pueblan su noches, acuna el viento sus sueños y el aroma de un embrujo, de tan antiguo ya casi olvidado, todo lo inunda. Una lágrima gélida y amarga resbala a veces de sus ojos cansados. Quizá entonces recuerde. Quizá entonces, tibia la fe y la esperanza, con candor murmure su alma una oración.
Hubo un tiempo −al silencio del amanecer cuenta el céfiro entre sus ráfagas− que esta fue una región de extraordinaria hermosura. Cedros, almendros, robles centenarios, se alzaban con orgullo sobre ella, arroyos de aguas claras regaban sus tierras y una ciudad exótica, bellísima, muy misteriosa, al mundo regalaba su hechizo desde la honda ribera de un río espumoso y cristalino. Sus calles, estrechas y empinadas, olían a jazmín, a pan recién horneado, a especias dulces y aromáticas, canela y miel, almendras y pistachos. Resonaba en ellas el eco de las risas y los juegos infantiles, el bullicio alegre de los zocos, la vida y la felicidad. El tañido melodioso de las campanas acompañaba el paso lento de las horas y al anochecer, derrotado al fin el día, cuando todo era ya soledad y silencio, la magia susurraba al viento sus secretos y escribía su leyenda bajo cielos limpios, benignos y estrellados.
Un trágico vaticinio ensombrecía, pese a todo, el futuro de aquel reino: el soberano más cruel y perverso que los tiempos jamás conocerían habría de gobernar con furia ciega su destino. Con él desaparecerían la inocencia y la esperanza y una implacable plaga de muerte y desolación todo lo invadiría.
Imposible fue conjurar el sortilegio y, así, un día, un sol de fuego todo lo abrasó. La fantasía de los cuentos de hadas con sus genios, príncipes, palacios y princesas que mil y una noches poblaron los sueños de quimeras e ilusión huyó despavorida. Aguarda desde entonces la ruptura de un letargo, el despertar de un mundo indiferente a su agonía, el mágico conjuro que al fin quiebre el hechizo que la apresa y a las noches de Oriente devuelva su belleza, su aroma, su poesía...
A la espera, triste y olvidada, duerme Sherezade mientras tanto. Y es su alma rota quien llora entre las sombras cuando aún apenas despunta el día.
Work type Narrative, Essay
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Registry info in Safe Creative
Identifier 1901289767471
Entry date Jan 28, 2019, 6:54 PM UTC
License Creative Commons Attribution 4.0
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Copyright registered declarations
Author. Holder Marta Navarro Calleja. Date Jan 28, 2019.
Information available at https://www.safecreative.org/work/1901289767471-duerme-sherezade