Maryorie Cabreada era una definición que se quedaba corta para definir cómo me sentía. Leo me rechazo, ese cretino del director también lo hizo, y no de la mejor manera. Mi plan de entrar en el Hospital Altare de Las Vegas se había ido al traste, y con él, el de atrapar a Leo. Estaba claro que la distancia había jugado en mi contra, él tenía un nuevo campo de caza en el que conseguir a otra. No me gustaba la idea de regresar a Chicago, no porque hubiese perdido a Leo, sino porque tendría que emp
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Maryorie Tenía que haber sido un buen plan, pero tuvo que llegar aquella piltrafa de mujer para fastidiármelo. Sé lo que suele suceder con los médicos y las enfermeras, ellos creen que tiene cancha libre para jugar con ellas, y ellas a cambio esperan poder atrapar a un médico. No tenía ni idea de lo que aquella mosquita muerta estaba tramando, pero estaba claro que debía estar funcionando, porque Leo la saludó con demasiado entusiasmo. Y ese era uno de los motivos por el que estaba allí, en Las
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Cuando trabajas en un hospital como el Altare estás acostumbrado a ver a todo tipo de gente; desde sencillos trabajadores hasta snobs mujeres floreros con sus viejas y recargadas parejas. Algunas estaba claro que se acercarían a hombres como esos de no ser por su posición o inmensa cartera. Por eso no me resultó extraña aquella mujer. Alrededor de treinta años, zapatos y bolso a juego, ropa sexy pero elegante, y una pulcra coleta, tan estirada, que seguro debía de haber utilizado medio bote de l
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Si hay un apelativo que nunca podría ir unido al nombre de Leo era cobarde. Tomó mi mano y se presentó frente a todos con la cabeza bien alta. Ni siquiera tembló cuando le presenté a mis progenitores y eso que mi padre le dedicó su mirada más amenazadora. No necesitaba ser un hombre para entenderla; “como hagas llorar a mi niña, te cortaré las piernas”. Llorar, lo que se dice llorar no lo haría, pero gritar… Uf, cada vez que me llevaba al orgasmo. —Así que este es el hombre. —susurró mi madre a
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Jade Mientras conducía en dirección a casa de los abuelos, no podía dejar de pensar en las palabras de mi madre, aquel día que un chico del colegio me rompió el corazón, o eso pensé. Cuando tienes 12 años todo se ve de una forma totalmente diferente a cuando tienes 28 años. El caso es que estaba en mi habitación, echa un ovillo sobre mi cama, dejando que mamá me consolase con sus dulces palabras, después de que Oliver Sparks hubiese pedido ir al baile a otra chica. Pensaba que la afortunada ser
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Epílogo
03/05/2025
Iris Boo
Hugo Llamé a la puerta de la sala del ecógrafo de ginecología, y esperé a que me diesen permiso para entrar. No quería encontrarme con el trasero de algún paciente dándome la bienvenida, y mucho menos el de mi hermano. —¡Ah!, ya has llegado. —Me saludó Bruno. Tumbada en la camilla estaba mi cuñada, Nika, con la tripa al aire, dejando que la radióloga extendiera el gel sobre su abdomen. No era la primera vez que la sometían a esta prueba, habían pasado por un infierno para intentar tener un bebé,
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Leo —¿Vienes conmigo? —Mi pregunta la pilló a abrochándose los pantalones. —¿Qué? —A comer con nosotros. —Ella se enderezó demasiado rápido. —Es tu familia. Yo no… — Trató de disculparse. —También es la tuya. —Su ceño se frunció, confundido. —Es demasiado pronto para que me presentes a tu familia como…como… —¿Se había puesto nerviosa? Estaba preciosa. —Verás, con quién he quedado a comer es con mis hermanos y mi padre biológico. Es un cambio que he descubierto recientemente, y me sentiría mejor
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Leo Dicen que la falta de noticias siempre es ya de por sí una buena notica. En el caso de Alma lo era. Todas sus funciones vitales estaban dentro de lo normal, igual que todos sus valores, como si aquel corazón hubiese residido en su pecho desde que nació. Nada de rechazo, nada de arritmias, nada de sufrimiento cardíaco… Era, por no encontrar una palabra mejor, perfecto. —Tu problema está más o menos solucionado, no tienes que preocuparte más por él. —La voz de Drake llegó junto a mi oído algo
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