Manolita o la teoría de la relatividad
03/06/2024
2403067257055

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https://valentina-lujan.es/m/manolitaolateoria.pdf
La gata Manolita se morirá en pocos días. Hace dos que me di cuenta de que había adelgazado de la forma sintomática en que adelgazan los gatos cuando enferman del riñón. Desde ayer la observo con frecuencia, acude mucho al agua, se coloca en lugares en los que no se había colocado nunca y, cuando está quieta, en vez de tumbarse se queda agazapada, como acechante. He puesto esta mañana paté para todos y, si, se acercó a uno de los platos enseguida y comió algo. Pero los ojos los tiene empañados, ocasionalmente emite un maullido breve y lastimero, como suplicante, y yo sé que en pocos días se morirá…
¿El veterinario?
El proceso es siempre el mismo para, en más o menos una semana con veterinario y medicación o sin ellos, llegar al mismo desenlace.
¿Sacrificarla?
Sacrificarla para que no sufra implica proporcionarle el berrinche de meterla contra su voluntad en el trasportín (que la Manolita es arisca, poco dócil) para terminar por… matarla. Sacrificar es sólo la forma piadosa del verbo matar.
Y yo la miro. Y me pregunto mirándola por qué me importan tanto el dolor y el sufrimiento de los animales. Por qué – y aunque pueda sonar muy mal – me duelen más sus sufrimientos y sus dolores que los dolores y sufrimientos de los humanos.
Me contesto que es porque los animales carecen de la posibilidad de relativizar.
Los humanos podemos, aun en las circunstancias más adversas, relativizar nuestras emociones y nuestros sentimientos, echar mano de argumentos que nos den un motivo para decirnos “bueno, quizás no es para tanto” o refugiarnos en “sí, en esto estoy muy mal, pero en tal o cual esto o lo otro estoy más o menos bien”.
Lo haremos o no lo haremos, pero esa capacidad, o virtud o suerte, la tenemos.
Los seres irracionales no. Para ellos el mundo empieza y acaba en su cuerpo y en su placer y en su dolor.
Por eso siento tanta piedad, tanta ternura por ellos (hasta por las cucarachas, sí, que cuando veo alguna pataleando patas arriba acudo presurosa para con la puntera de mi zapato enderezarla; y sale corriendo, tan contenta, y me siento aliviada), porque, incluso un tigre o un león, tan fieros, los considero indefensos.
22 de septiembre de 2016

Literary: Other
exequias
prosa
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Declaration Date: Mar 6, 2024, 9:46 PM

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Alicia Bermúdez Merino
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Title Manolita o la teoría de la relatividad
https://valentina-lujan.es/m/manolitaolateoria.pdf
La gata Manolita se morirá en pocos días. Hace dos que me di cuenta de que había adelgazado de la forma sintomática en que adelgazan los gatos cuando enferman del riñón. Desde ayer la observo con frecuencia, acude mucho al agua, se coloca en lugares en los que no se había colocado nunca y, cuando está quieta, en vez de tumbarse se queda agazapada, como acechante. He puesto esta mañana paté para todos y, si, se acercó a uno de los platos enseguida y comió algo. Pero los ojos los tiene empañados, ocasionalmente emite un maullido breve y lastimero, como suplicante, y yo sé que en pocos días se morirá…
¿El veterinario?
El proceso es siempre el mismo para, en más o menos una semana con veterinario y medicación o sin ellos, llegar al mismo desenlace.
¿Sacrificarla?
Sacrificarla para que no sufra implica proporcionarle el berrinche de meterla contra su voluntad en el trasportín (que la Manolita es arisca, poco dócil) para terminar por… matarla. Sacrificar es sólo la forma piadosa del verbo matar.
Y yo la miro. Y me pregunto mirándola por qué me importan tanto el dolor y el sufrimiento de los animales. Por qué – y aunque pueda sonar muy mal – me duelen más sus sufrimientos y sus dolores que los dolores y sufrimientos de los humanos.
Me contesto que es porque los animales carecen de la posibilidad de relativizar.
Los humanos podemos, aun en las circunstancias más adversas, relativizar nuestras emociones y nuestros sentimientos, echar mano de argumentos que nos den un motivo para decirnos “bueno, quizás no es para tanto” o refugiarnos en “sí, en esto estoy muy mal, pero en tal o cual esto o lo otro estoy más o menos bien”.
Lo haremos o no lo haremos, pero esa capacidad, o virtud o suerte, la tenemos.
Los seres irracionales no. Para ellos el mundo empieza y acaba en su cuerpo y en su placer y en su dolor.
Por eso siento tanta piedad, tanta ternura por ellos (hasta por las cucarachas, sí, que cuando veo alguna pataleando patas arriba acudo presurosa para con la puntera de mi zapato enderezarla; y sale corriendo, tan contenta, y me siento aliviada), porque, incluso un tigre o un león, tan fieros, los considero indefensos.
22 de septiembre de 2016
Work type Literary: Other
Tags exequias, prosa

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Identifier 2403067257055
Entry date Mar 6, 2024, 9:46 PM UTC
License All rights reserved

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Author. Holder Alicia Bermúdez Merino. Date Mar 6, 2024.


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