About the work
http://valentina-lujan.es/R/dijvoztemprin.pdf
dijo con voz temblorosa al principio, pero resuelta a terminar con lo que estaba ante el hecho que se le empezaba a antojar inminente de que la señorita en cualquier momento se le encarase y ¡basta ya de encogimientos de hombros y evasivas; quiero imaginación y un mínimo de arrojo!
Y que Albertina habría dicho que Pascual había dicho, seguro, «de cualquier forma a Pascual hay que sacarlo», tan tarde como era y tanto sueño como todos “teníamos”; pero como aquella era una de tantas tardes en que mamá o no era la de siempre o estaba rara ― Fuensanta lo decía “ésta no sé qué tiene hoy, pero algo le pasa”―, yo no quise, quizá por cobardía, comprometerme hasta ese punto por miedo, por pura cobardía de que me pusieran de cara a la pared aunque ella «yo, Gema» tenía una idea en la cabeza que podría ser tal vez mejor.
–Una idea que quizás pudiese resultar porque — dijo —, aparte de la teoría de los conjuntos de Gertrudis, de la que reconozco no saber ni una palabra pero “grosso modo” me he for
– ¿“Grosso modo”? – Damián, jugueteando con un ovillo de lana verde porque Proserpina, harta de broncas, había dicho “ese corazón de Jesús, por favor, que alguien lo quite de en medio” –, ¿qué es “grosso modo”?
Ursina iba entonces, tan culta, a contestar algo pero la señorita Ernestina se puso de pie “no es necesario” adujo, pararse a cada paso, dijo, “llevar las cosas a ese extremo” ― aunque, porque la idea de Proserpina sí le pareció acertada, mando guardar el corazón ― y, arrancando de las manos de Damián el ovillo de lana verde, a Lotario, que siguiese, por favor.
jado esta tarde una noción remota, a mí me parece ― ella opinaba, Casimiro no bajaba el dedo, que había otros matices que se podrían incorporar, tener en cuenta a la hora de plantear qué era, es, dijo, la vida... o bueno, la realidad en realidad. Rectificó.
Pero que «mañana con calma; que estaremos todos más despejados» nos comentaría y matizaríamos.
- ¿Mañana? —el primo Remigio.
Y que precisamente, cuánto lo sentía, mañana en concreto debía acudir al bufete de su abogado a tratar un asunto — “no grave” — se apresuró a aclarar notando que Angelita, la tía, se mostraba de repente inquieta; pero sin renunciar a hacer la puntualización no del todo tranquilizadora de “si bien reviste, a qué negarlo, una cierta importancia”.
– ¡Pues sí que es una contrariedad! —mamá, en tono de verdad compungido si bien, sacudiendo la cabeza como quien trata de ahuyentar un pensamiento importuno “en fin; intentaremos arreglarnos”, dijo y, dando unos golpecitos animosa en la mano de su cuñada, que no se preocupase “alegra esa cara, que todo tiene solución. Ya verás” y, a él —: ahora sube a acostart...ah, pero que tonta estoy, si no hemos cenado.
Pero que, de todos modos, si tenía frío, en la balda superior del armario encontraría un edredón y, a Basilia, que se disponía a exponer ciertas razones por las que tampoco ella iba a poder estar presente, con una sequedad que ponía de manifiesto el abismo que separaba los sentimientos que la unían a esta de los que la vinculaban a su hermana, que, bueno, con saber que “nos veremos en dificultades ya es suficiente para irse organizando”, no era imprescindible que, a esas horas, nos pusiéramos de uno en uno “a revelar secretos de vuestra agenda” y que total, un desayuno ligerito ya lo preparamos nosotros, pero los cacharros los encontraría en la pila, sin fregar que lo sepas que cada día se tomaba más libertades cuando vuelvas.
Y, aunque todo el mundo se calló, nos callamos, en vista de esto y de lo otro, lo cierto es, fue, que no pudo ser al día siguiente porque todos tuvimos o tuvieron que hacer cada cual nuestras cosas o las suyas atendiendo a obligaciones y deberes o compromisos de esos que se contraen como los matrimonios o las gripes aunque en el caso de Albertina nada más fue un catarro de los de moquear y llorar de ojos pero con unas decimillas y un ponche calentito por la noche... y poco más y, en apenas una semana...
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Aquí se abre el círculo 135-194-194 que ya por vicioso o rebelde o descarado se negó a girar en la dirección que el Sumo Hacedor determinase como la correcta y como tal obedece la Tierra al girar sobre sí misma y al hacerlo alrededor del Sol — dijo la señorita Alejandra al terminar la clase de Física —, o, tal vez, porque tímido o irresoluto o pusilánime o cobarde ii nunca hizo acopio de valor para contravenir las a veces tan arbitrarias normas impuestas por los hombres.
ii Recuérdese que el vocabulario de la señorita Alejandra no era pobre.
Etiqueta: Papeles
Categoría: Telas
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100% human created
Declaration Date:
7/13/23, 8:08 AM
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Low
Fictional content
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7/13/23, 8:08 AM
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Low
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Title En palabras de Purificación
http://valentina-lujan.es/R/dijvoztemprin.pdf
dijo con voz temblorosa al principio, pero resuelta a terminar con lo que estaba ante el hecho que se le empezaba a antojar inminente de que la señorita en cualquier momento se le encarase y ¡basta ya de encogimientos de hombros y evasivas; quiero imaginación y un mínimo de arrojo!
Y que Albertina habría dicho que Pascual había dicho, seguro, «de cualquier forma a Pascual hay que sacarlo», tan tarde como era y tanto sueño como todos “teníamos”; pero como aquella era una de tantas tardes en que mamá o no era la de siempre o estaba rara ― Fuensanta lo decía “ésta no sé qué tiene hoy, pero algo le pasa”―, yo no quise, quizá por cobardía, comprometerme hasta ese punto por miedo, por pura cobardía de que me pusieran de cara a la pared aunque ella «yo, Gema» tenía una idea en la cabeza que podría ser tal vez mejor.
–Una idea que quizás pudiese resultar porque — dijo —, aparte de la teoría de los conjuntos de Gertrudis, de la que reconozco no saber ni una palabra pero “grosso modo” me he for
– ¿“Grosso modo”? – Damián, jugueteando con un ovillo de lana verde porque Proserpina, harta de broncas, había dicho “ese corazón de Jesús, por favor, que alguien lo quite de en medio” –, ¿qué es “grosso modo”?
Ursina iba entonces, tan culta, a contestar algo pero la señorita Ernestina se puso de pie “no es necesario” adujo, pararse a cada paso, dijo, “llevar las cosas a ese extremo” ― aunque, porque la idea de Proserpina sí le pareció acertada, mando guardar el corazón ― y, arrancando de las manos de Damián el ovillo de lana verde, a Lotario, que siguiese, por favor.
jado esta tarde una noción remota, a mí me parece ― ella opinaba, Casimiro no bajaba el dedo, que había otros matices que se podrían incorporar, tener en cuenta a la hora de plantear qué era, es, dijo, la vida... o bueno, la realidad en realidad. Rectificó.
Pero que «mañana con calma; que estaremos todos más despejados» nos comentaría y matizaríamos.
- ¿Mañana? —el primo Remigio.
Y que precisamente, cuánto lo sentía, mañana en concreto debía acudir al bufete de su abogado a tratar un asunto — “no grave” — se apresuró a aclarar notando que Angelita, la tía, se mostraba de repente inquieta; pero sin renunciar a hacer la puntualización no del todo tranquilizadora de “si bien reviste, a qué negarlo, una cierta importancia”.
– ¡Pues sí que es una contrariedad! —mamá, en tono de verdad compungido si bien, sacudiendo la cabeza como quien trata de ahuyentar un pensamiento importuno “en fin; intentaremos arreglarnos”, dijo y, dando unos golpecitos animosa en la mano de su cuñada, que no se preocupase “alegra esa cara, que todo tiene solución. Ya verás” y, a él —: ahora sube a acostart...ah, pero que tonta estoy, si no hemos cenado.
Pero que, de todos modos, si tenía frío, en la balda superior del armario encontraría un edredón y, a Basilia, que se disponía a exponer ciertas razones por las que tampoco ella iba a poder estar presente, con una sequedad que ponía de manifiesto el abismo que separaba los sentimientos que la unían a esta de los que la vinculaban a su hermana, que, bueno, con saber que “nos veremos en dificultades ya es suficiente para irse organizando”, no era imprescindible que, a esas horas, nos pusiéramos de uno en uno “a revelar secretos de vuestra agenda” y que total, un desayuno ligerito ya lo preparamos nosotros, pero los cacharros los encontraría en la pila, sin fregar que lo sepas que cada día se tomaba más libertades cuando vuelvas.
Y, aunque todo el mundo se calló, nos callamos, en vista de esto y de lo otro, lo cierto es, fue, que no pudo ser al día siguiente porque todos tuvimos o tuvieron que hacer cada cual nuestras cosas o las suyas atendiendo a obligaciones y deberes o compromisos de esos que se contraen como los matrimonios o las gripes aunque en el caso de Albertina nada más fue un catarro de los de moquear y llorar de ojos pero con unas decimillas y un ponche calentito por la noche... y poco más y, en apenas una semana...
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Aquí se abre el círculo 135-194-194 que ya por vicioso o rebelde o descarado se negó a girar en la dirección que el Sumo Hacedor determinase como la correcta y como tal obedece la Tierra al girar sobre sí misma y al hacerlo alrededor del Sol — dijo la señorita Alejandra al terminar la clase de Física —, o, tal vez, porque tímido o irresoluto o pusilánime o cobarde ii nunca hizo acopio de valor para contravenir las a veces tan arbitrarias normas impuestas por los hombres.
ii Recuérdese que el vocabulario de la señorita Alejandra no era pobre.
Etiqueta: Papeles
Categoría: Telas
Work type Literary: Other
Tags telas de araña, el practicante, papeles
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Registry info in Safe Creative
Identifier 2307134820473
Entry date Jul 13, 2023, 8:08 AM UTC
License All rights reserved
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Copyright registered declarations
Author. Holder El practicante. Date Jul 13, 2023.
Information available at https://www.safecreative.org/work/2307134820473-en-palabras-de-purificacion