El romance de mi musa y el cielo.
Juntos por siempre
de la mano iré contigo,
no importan tempestades
ni las piedras del camino.
Si tropiezas
yo estaré para darte mi mano
y levantarte.
Cuando tu camino se unió al mío,
mi vida empezó a tener sentido
deje de tener prisioneros mis sentimientos
para que dejaran de vivir agazapados;
la soledad dejo de dormir a mi lado.
Oír mi despertador
ya no es una tortura,
por ti el amanecer
me despierta con un murmullo al oído
cada mañana
y al abrir su telón
surgen las más bellas fabulas
pues cuando tus sueños descansan en la almohada
puedo ver…
“como la brisa que entra por la ventana
goza al aparearse con el aroma
que expele tu cuerpo
mientras navegan por toda la estancia”
Sin embargo, mi razón se niega aceptar
que tus ojos se deshojen en el cielo
y este descanse en ellos…
me queda claro su romance,
pues la primavera florece
solo cuando tu mirada en lontananza se pierde.
Del romance entre el cielo y tus ojos
nace mi inspiración
y del silencio que emana, brota siempre la poesía esperada.
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