Tipos de licencias Creative Commons
¿Alguna vez has visto una obra con el símbolo (CC) seguido de unas letras con guiones? Seguramente sí, y es que este código sirve para identificar los tipos de licencias Creative Commons bajo las que se encuentra una obra.
¿Cuál es el origen de todo esto? Acabábamos de entrar en el siglo XXI e Internet y las nuevas tecnologías cambiarían las reglas del juego, especialmente para los creadores. Por un lado, el uso de estas nuevas herramientas permitía a los autores exponer sus obras en una galería de alcance internacional: Internet. Pero, por otro lado, existía cierta preocupación por los derechos de propiedad intelectual. Se buscaba una solución capaz de satisfacer a todos, autores y consumidores. Así fue como aparecieron estas licencias.
En el artículo de hoy te explicamos el significado Creative Commons, así como los tipos de licencias que existen y que puedes utilizar en tus obras.
¿Qué es Creative Commons?
Creative Commons es una organización internacional sin ánimo de lucro, que tiene como misión empoderar a las personas para que crezcan, mantengan y compartan los bienes comunes como el conocimiento y la cultura.
Esta ONG fue fundada en 2001 por Lawrence Lessig, profesor de Derecho en la Universidad de Stanford, con el objetivo de ofrecer un modelo legal apoyado en herramientas informáticas para facilitar la distribución y el uso de contenidos.
Las palabras en inglés Creative Commons se traducen como «bienes comunes creativos» o «licencia de bienes comunes creativos», por lo que, como su propio onmbre indica, pretenden proteger los derechos de autor al mismo tiempo que se difunde una obra,
¿Qué son las licencias Creative Commons?
Las licencias CC están inspiradas en la GNU (General Public License), de la que hemos hablado en alguna ocasión en este blog. Un movimiento que promueve el uso del software libre, aunque sea publicado por terceras partes. Lo que se pretende en ambos casos, tanto en las licencias Creative Commons, como en la GNU, es proteger los derechos de los autores y la libertad de los usuarios.
Las Creative Commons se basan en la Ley de Propiedad Intelectual y son una forma simple y estandarizada de otorgar permisos legales a obras creativas. En palabras de la propia organización, permiten que un contenido sea “copiado, distribuido, editado, remezclado y desarrollado” dentro de los límites de la propiedad intelectual.
Llegados a este punto, es importante aclarar que las licencias Creative Commons y los derechos de autor (más conocido como copyright en el derecho anglosajón) no representan lo mismo. Todas las obras tienen derechos de autor, pero no todas utilizan una licencia CC. La diferencia es que las obras que también están licenciadas con Creative Commons, permiten que terceras personas copien, distribuyan y hagan algunos usos de la obra bajo unas condiciones determinadas, mientras que el autor retiene los derechos de propiedad intelectual.
6 Tipos de licencia Creative Commons
Ahora que ya sabes qué son y para qué sirven estas licencias, veamos las particularidades de cada una de ellas, así como ejemplos de Creative Commons.
1. Reconocimiento (CC BY)
Con el uso de esta licencia el autor consiente la explotación de la obra (incluso con fines comerciales), la creación de obras derivadas y la distribución de las mismas, siempre que le den crédito por la creación original.
Ejemplo: un músico compone canciones que los creadores de contenido pueden utilizar en sus vídeos. En este caso, el músico obtiene reconocimiento y promoción, mientras que el creador comparte un contenido de mayor calidad y lo monetiza.
2. Reconocimiento – CompartirIgual (CC BY-SA)
Este tipo de reconocimiento permite el uso comercial de la obra original y de obras derivadas, siempre y cuando la distribución se haga con una licencia igual a la que regula la obra original.
Ejemplo: es la licencia que utilizan redes de conocimiento compartido como Wikipedia, donde la información fluye en ambos sentidos, hacia dentro y hacia fuera, y los internautas se benefician de ello.
3. Reconocimiento – NoComercial (CC BY-NC)
Permite crear una obra derivada siempre que no se haga un uso comercial. Eso sí, el trabajo derivado no tiene por qué licenciarse bajo las mismas condiciones. Esta licencia también prohíbe utilizar la obra original con fines comerciales.
Ejemplo: un ilustrador comparte sus obras en plataformas especializadas de manera gratuita para obtener más alcance. Cuantas más personas vean sus obras y más le conozcan, mayor reputación conseguirá y habrá más personas dispuestas a pagar por sus servicios.
4. Reconocimiento – SinObraDerivada (CC BY-ND)
Se admite el uso comercial de la obra original, pero se prohíbe la generación de obras derivadas.
Ejemplo: la red social Behance, donde diseñadores, ilustradores y otros artistas suben sus portfolios, utiliza este tipo de licenciamiento. De esta manera, los profesionales pueden exponer sus trabajos realizados con fines comerciales, con la seguridad de que un tercero no pueda realizar una obra derivada.
5. Reconocimiento – NoComercial – CompartirIgual (CC BY-NC-SA)
Esta licencia no autoriza el uso comercial de la obra original, ni de cualquier otra derivada. Además, si se distribuye una obra derivada, debe hacerse con una licencia idéntica a la que regulada la obra original.
Ejemplo: el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) publica en su portal MIT OpenCourseWare cursos online gratuitos bajo esta licencia. Están disponibles para cualquier persona y se pueden compartir siempre que no sea con fines comerciales.
6. Reconocimiento – NoComercial – SinObraDerivada (CC BY-NC-ND)
Esta licencia sería la más restrictiva de todas, ya que no admite el uso comercial de la obra original, ni permite generar una obra derivada. Autoriza a descargar y compartir trabajos siempre que se cite al autor.
Ejemplo: las populares TED Talks, que pueden distribuirse, sin modificarse, siempre que no sea con fines comerciales.
Además de estas 6 licencias, también existe la Creative Commons (CC-0), en la que el autor renuncia expresamente a sus derechos y la obra pasa a ser de dominio público. No la hemos incluido en la lista porque para utilizarla es necesario consultar la legislación nacional y conocer los límites en cada caso. Por ejemplo, en España, no se permite que un autor renuncie a sus derechos morales.