Anoche soñé que iba a buscarlo y no podía encontrarlo.   Buscaba, en el pequeño café, en los suburbios, en las calles  en la costanera, en el boscaje.   De pronto, cuando ya me rendía, rondando por última vez su casa sentí un aroma a culpa y tristeza.   Era él, en un escondrijo del jardín deshecho... ¡casi expirado sin mí!   Le tomé en mis brazos, para que con mucho amor y la sal de mis lágrimas... sanara su piel y corazón.   En ese instante... ¡despert

  Tengo miedo de ti, tengo miedo de mí. Tiemblo cada vez que escribo, pero... no me tirita la mano, no, al contrario, es mi alma, que no cesa su espasmo.   Las palabras son armas peligrosas que se disparan, ardientes de frío. Tengo miedo de ti, de mí pero de los dos más le temo a la bomba nuclear del vacío por eso escribo, creo que, por eso escribo.   El riesgo de que pasen muchas cosas o de que no pase absolutamente nada -si esta vida tiene algún sentido- da sen

 Hola queridas amigas y queridos amigos: espero que estén muy bien, disfrutando de la inspiración y la lectura poética. Les dejo este mensaje para contarles que haré dos viajes, uno corto a Santiago e inmediatamente después, otro largo y bastante lejos, a Turquía, por lo que estaré mínimamente conectada a Internet y a mis blogs. Por esto, dejaré abiertos los comentarios, los que trataré de responder a mi regreso, a fines de noviembre. Dejé mis publicaciones de los lunes programadas, desde hoy lu

Queridas amigas y queridos amigos. Hoy es mi cumple-sueños N°67 y he querido comenzar este día especial, con la publicación de esta poesía que honra la vida de mi papá, mis emociones en torno a su temprana partida y, a partir de entonces, el camino recorrido sin su anhelada presencia. Gracias a todos por su lectura y comentarios. Amo la poesía y este espacio, así como también valoro el lindo contacto con cada uno de Uds. Un abrazo grande para todos y cada uno.  Veo una niña jugando en el jardín

  A veces busco causas, a veces motivos a veces me detengo y no busco nada y entonces es mi alma la que habla.   A veces te amo, a veces me amas a veces te olvido, a veces me olvidas a veces el sudor es quien clama un algo.   A veces eres mío, a veces de nadie, a veces sonrío, a veces no tengo ganas. A veces, demasiadas veces, te escribo y el lerdo olvido se sienta en un palco.   A veces me pierdo, en mi bosque tupido buscando una mísera ráfaga de lucidez o al meno

  Silencio, envuélveme silencio, ampárame silencio, quiéreme.   Sé que, en tu transparencia, nada falta y nada sobra. En ti, se besan lo vital, lo inmune, lo mortal.   Balsámica y tibia, en ti circula la esperanza haciendo nidos en mi nada.   Solo en ti, mora una niña que contiene mi corazón que sueña con mi sueño que configura mi futuro.   Si tú traes sus iris frente a mi mirada le diré cuánto la quiero y que deje de tener miedo.   Silencio pardo

  Sucedía, una espesa tarde de domingo: las calles, se transitaban a sí mismas el aire, emanaba lloros fantasmales y los árboles, abortaban sus crías.   Mi reloj avanzaba a tropiezos con avances, irritantes de lerdos, reventado de tanta ansia con prisa y reencuentros, que nunca fueron.   Caminé porque sí, sin anuencia, abriéndole heridas a la brisa sin un infeliz propósito sobre veredas mugrientas.   Vi, un perro cadavérico, suplicando comida, un huérfano pidiend

  Cuánta arena usó el reloj para que llegase a corroborar que el tiempo no es quien avanza. Somos nosotros los que envejecemos.   Cuánto azul, rosa y oro pintó el cielo para que yo lograse vislumbrar que los ocasos son parecidos pero jamás los mismos.   Cuánto insomnio me tuvo que debilitar para conseguir experimentar y sostener que la respuesta está en la pregunta, que la sanación está en la herida, que la fe está en la duda… y que el amor es el factor común de