Durante el mes de marzo pudimos conocer que Nintendo demandaba a los desarrolladores de Yuzu, un emulador de la consola Nintendo Switch, por vulnerar previsiblemente los derechos de Propiedad Intelectual de la empresa japonesa.
En palabras de la propia Nintendo, la razón principal de la demanda es que los emuladores como Yuzu o Citra «facilitaban la piratería a una escala colosal».
Recibida la demanda, la empresa Tropic Haze, gestora de ambos emuladores, ha decidido no llevar la controversia a la vía judicial, y han aceptado las peticiones de Nintendo, abandonando así un proyecto que llevaba en funcionamiento desde 2018.
En concreto, han accedido a eliminar estos emuladores de red, incluidas todas y cada una de las copias y herramientas que les permitía hacerlos funcionar. Además, han accedido a pagar a Nintendo la cifra de 2,4 millones de dólares, en concepto de indemnización por daños y perjuicios.
Se trata de un duro golpe a la emulación de videojuegos cuyas consecuencias no se han hecho esperar. De hecho, no es el único caso de este tipo que hemos podido conocer este mes. Tras el cierre de Yuzu y Citra, algunos emuladores como AetherSX2 (emulador de PS2) o PizzaBoy (emulador de GBA/GBC) han sido totalmente eliminados de la PlayStore de Android.
Otros como DraStic siguen disponibles, pero ahora de manera totalmente gratuita, seguramente para evitar que se les achaque un lucro directo relacionado con la comercialización de estos emuladores.
Recordemos que uno de los criterios para ponderar las infracciones de copyright y de competencia desleal suele ser, precisamente, si el infractor obtiene o no un lucro proveniente de la infracción cometida.