La semana pasada saltaban las alarmas en la industria de la música cuando, a través de una noticia de Billboard, se conocía la resolución del litigio iniciado por Sony Music contra el joven rapero Trefuego.
La controversia se iniciaba en el año 2019, con la publicación de la canción 90mh. El tema rápidamente se hizo viral tanto en redes sociales como en plataformas, hasta alcanzar la gigantesca cifra de 100 millones de reproducciones en Spotify.
Comenzaba entonces una batalla interna entre Sony Music y el artista, al reclamar la utilización ilícita de un fragmento de otra canción (Reflections de Toshifumi Hinata) cuyos derechos, tanto fonográficos como editoriales, le corresponden a la multinacional.
El conflicto, no resuelto amistosamente entre las partes, continuaría con una demanda de la compañía discográfica contra el joven artista americano, por violación de derechos de Propiedad Intelectual.
Pues bien, con fecha de 27 de marzo de 2024, la revista Billboard se hacía eco de la resolución adoptada por un juez federal. Y es que, tras una larga búsqueda para localizar al joven artista de Arizona, ha sido condenado a pagar algo más de 800.000 dólares por infracciones de copyright.
De esa cantidad, 100.000 dólares vendrían a cubrir el precio de la hipotética licencia que el artista debería haber pagado a Sony Music por utilizar el sample, y los 700.000 dólares restantes corren a cargo de los ingresos indebidos que Trefuego obtuvo por la explotación de la canción en plataformas y redes sociales.
Además, la sentencia también le impone la obligación de pagar a Sony Music el 50% de los ingresos editoriales de esa canción, así como el 20% de los ingresos fonográficos que el artista perciba. Por último, se le condena a sufragar las costas judiciales de la discográfica, valoradas en 2.230 dólares.
La complejidad legal del sampleo
Recordemos que, en artículos anteriores sobre el sampling, lo definíamos como la técnica creativa que consiste en tomar fragmentos de otras grabaciones musicales e insertarlas en una nueva, modificando elementos como el tempo, el orden o el tono para adaptarlo a la nueva composición musical.
Se trata de un método que reviste especial complejidad, dados los distintos tipos de derechos de propiedad intelectual que se ven involucrados. Realizarla sin los permisos adecuados puede conllevar importantes consecuencias jurídicas.
Por ello, recomendamos contar con la asistencia de expertos en materia de Propiedad Intelectual como los del equipo legal de Safe Creative, que pueden resolver tus dudas para evitar que sucedan este tipo de situaciones.