El aumento en la tarifa de suscripción prémium de Spotify va a suponer una disminución en los pagos que recibirán los artistas musicales en concepto de regalías durante el próximo año. Las pérdidas pueden alcanzar unos 150 millones de dólares en derechos mecánicos o de reproducción en Estados Unidos, según las estimaciones realizadas por Billboard.
Disminuye el pago de royalties a compositores y editores
El reciente anuncio de los cambios que Spotify va a incluir en su servicio de suscripción prémium ha reabierto el debate sobre la compensación de los artistas en la era del streaming. La empresa sueca justifica el aumento de la tarifa mensual al incluir los audiolibros en este servicio. «En un primer momento, parecía que la medida podría favorecer a los compositores y editores, puesto que el incremento del precio de suscripción suele estar asociado al aumento de los derechos mecánicos o de reproducción. Pero, diferentes estimaciones indican que podría no ser así», se indica en Billboard.
El nuevo modelo de regalías se basa en paquetizar servicios
El gigante del streaming, como recoge la revista Billboard, afirma que “incluir los audiolibros en la oferta prémium le permite cumplir con los requisitos para pagar una tarifa de «paquete» con descuento a los artistas musicales, debido a que ahora tiene que pagar licencias al mismo precio tanto para libros como para música”. Spotify establece el importe en un dólar más que cuando la música era la única oferta prémium. Además, también ha anunciado su intención de «reclasificar como paquetes el plan dúo y el familiar», informa Billboard.
Las pérdidas se estiman en torno a los 150 millones de dólares
La veterana revista de la industria musical ha investigado las implicaciones que puede tener este cambio. Así, ha realizado una proyección del impacto en los derechos de autor a partir de las tarifas de 2023 de Spotify reflejadas en el Mechanical Licensing Collective (MLC), asociación que se encarga de las concesiones de licencias musicales en Estados Unidos. El análisis ha revelado que «los ingresos para los artistas y editores se reducirán durante el primer año en unos 150 millones de dólares en comparación con lo que habrían cobrado por royalties si no se hubieran agrupado las suscripciones».
La publicación también recoge otras estimaciones sobre las pérdidas, que atribuye a diferentes fuentes sin identificarlas. Según Billboard, «una fuente cercana al asunto coincide con su análisis. Otra, cifra el impacto entre 140 y 150 millones de dólares, mientras que una tercera indica que ascenderá, como mínimo, a unos 120 o 130 millones de dólares».
Las consecuencias financieras podrían empeorar
Además, se teme que esta distribución de ingresos que realiza Spotify tenga efecto en el bolsillo de los artistas. La decisión de clasificar las suscripciones prémium como servicios agrupados afecta al cálculo de los porcentajes de derechos y se traduce en un pago menor a los creadores. De cara al futuro, si se producen subidas en la tarifa mensual, esta diferencia se podría agravar más.
Riesgo de que se extienda a otros mercados
Por otro lado, aunque el cambio sólo afecta a Estados Unidos, se teme que la reclasificación tenga un efecto dominó en otros mercados. En este momento, Australia, Canadá, Irlanda, Reino Unido y Nueva Zelanda también tienen incluidos los audiolibros en el servicio prémium.
Respuesta inmediata de las organizaciones del sector
La Asociación Nacional de Editores de Música (NMPA, por sus siglas en inglés) ya ha manifestado su intención de «estudiar todas las opciones» para hacer frente a los cambios. David Israelite, su presidente y director ejecutivo ha declarado: «El intento de Spotify de reducir drásticamente los pagos a los compositores reclasificando su servicio de música como un paquete de audiolibros es una medida cínica y potencialmente ilegal que pone fin a un período de relativa paz. No toleraremos su distorsión del acuerdo que alcanzamos en 2022″.
Israelite se refiere al pacto Phono IV, que en su momento se anunció como un paso adelante en la colaboración del sector, y se alcanzó en el seno del Copyright Royalty Board (CRB), organismo que cada cinco años establece las tarifas de los derechos mecánicos para el streaming en Estados Unidos. Ahora, la decisión de Spotify de agrupar los servicios ha reavivado las tensiones al alterar el cálculo de los derechos mecánicos y reducir el pago a los artistas que, en su gran mayoría, dependen de los derechos de autor como fuente principal de ingresos.
El resultado de esta disputa podría tener consecuencias de gran alcance para el futuro de la música en streaming y los medios de subsistencia de quienes contribuyen a su creación.
Fuentes: Billboard, Rolling Stone