Aceptar cookies o pagar para rechazarlas: éste es el dilema al que se enfrentan desde enero los internautas en busca de información. Antes de acceder a la web, salta una ventana emergente que implica aceptar las cookies o pasar por caja para rechazarlas y proteger la privacidad.
La llegada de este cambio ya se conocía desde julio del año pasado, cuando se dio a conocer la nueva versión de la Guía sobre el uso de las cookies elaborada por la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD). El documento adapta el mercado español a las nuevas directrices europeas sobre protección de datos, y su fecha límite para entrar en vigor fue el pasado 11 de enero.
Muros de pago desde enero
Si antes bastaba con aceptar o rechazar las famosas «galletitas» para acceder a las webs, la nueva Guía de la AEPD especifica que las alternativas al uso de cookies no tienen por qué ser necesariamente gratuitas.
«Podrán existir determinados supuestos en los que la no aceptación de la utilización de cookies impida el acceso al sitio web o la utilización total o parcial del servicio, siempre que se informe adecuadamente al respecto al usuario y se ofrezca una alternativa, no necesariamente gratuita, de acceso al servicio sin necesidad de aceptar el uso de cookies.»
La mayoría de portales han esperado a la fecha límite para activar estos muros de pago, por eso desde enero estos pop up inundan la red.
Ventajas e inconvenientes de aceptar y rechazar
Aceptar las cookies permite acceder al contenido, pero también que el sitio web registre los datos del usuario y su actividad durante la navegación, que se utiliza para ofrecer anuncios personalizados.
Algunas cookies son esenciales para navegar por la página: para autentificar las cuentas, realizar procesos de compra, gestionar pagos o compartir contenidos a través de redes sociales.
Rechazar las cookies no esenciales reduce la huella digital que deja el usuario y, por tanto, aumenta su privacidad; en especial si se rechazan las cookies de terceros. Por otro lado, dificulta o impide adaptar el contenido que se muestra a los intereses del usuario, por lo que pueden no aprovecharse al cien por cien las funcionalidades disponibles.
Pagar con dinero o con datos
Por tanto, la realidad es que el usuario, para poder navegar por la web, o paga con dinero o paga con sus datos personales e información de valor para las empresas. La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha subrayado que «el hecho de que cobren un precio por rechazarlas es un factor disuasorio que condiciona la libertad de elegir una opción u otra».
Reclama que se establezcan «alternativas en las que los consumidores no tengan que pagar para proteger su privacidad, información más transparente y mayor control por parte de las autoridades competentes sobre los datos que las empresas están realmente tratando».
Trucos para reducir el impacto de la medida
En todo caso, algunas páginas aún permiten rechazar las cookies de forma gratuita en el apartado Configurar, en ocasiones a través de un botón y, otras, entrando en las políticas de cookies. Cuando no existe esta opción, si se está dispuesto a que se pueda ver afectada la experiencia en la web, se puede desactivar en los navegadores Javascript, un lenguaje de programación en el que se integran estos archivos.
Fuentes: AEPD, European Data Protection Board, Estrella digital, Maldita.es, OCU