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¿Mi sitio web tiene derechos de autor? 

🎶 Depende, todo depende 🎶

Tu sitio web puede tener derechos de autor, pero no todos los sitios web lo tienen. Para que tengas derechos de autor, deberá considerarse una obra, de forma muy muy resumida, diremos que es algo que sea de tu creación, original y que se haya hecho con esa finalidad, así que nada de upsy quedó así y así lo dejo. No tiene que ser artístico, puede ser  también literario o científico, este es el único requisito para que tu sitio web tenga derechos de autor. 

¿Tendría todo tu sitio web que considerarse entonces una obra, para que esté bajo el paraguas de la propiedad intelectual? 

No, puedes tener derechos de autor solamente en partes, y otras simplemente utilizar algunas plantillas o no tenerlo porque no hay un diseño como tal. Relax, vamos punto por punto. 

¿Cuáles elementos de un sitio web se pueden considerar una obra? 

No te agobies pensando que ahora debes cambiar el diseño, hacer tus propias fotografías o más, y que debes reestructurar totalmente todo en tu ambiente digital para que puedas protegerlo debido a los derechos de autor. Puedes tener un sitio web enteramente de texto, como Isra Bravo, y aún así protegerlo, el truco está en dividir para vencer. Dentro de una misma página hay varios elementos que, de forma individual, pueden considerarse una obra, estos además podrían estar acompañados de otros que no lo sean (o al menos no de tu autoría). Veamos las partes de un website y así podrás aplicar lo que corresponda a tu caso: 

Diseño

Me refiero a todo en su conjunto, no a los elementos que conforman todo el aspecto que tenga tu espacio virtual, la posición de las fotografías, los bloques de texto, las animaciones, banners, todo a la vez. Hay diferentes situaciones. Si utilizas una plantilla de Canva® u otras herramientas en las que la descargas y ¡puff! en unos pocos clics consigues un entorno digital para tu negocio, no tienes la autoría, no ha sido una obra tuya, adquiriste una plantilla, sin importar que sea gratuita o de pago, pero que no ha sido creada ni por ti ni exclusivamente para ti, solamente tienes una licencia para explotar esa obra, pero no es tu autoría en sí. No podrás reclamar a otros negocios que tengan el mismo diseño que tú. También aplica cuando utilizas algún gestor con sus propios temas como WordPress®, Divi®, Elementor®, Shopify®, etc. En cambio, si el diseño es 100% tuyo, entonces allí sí podrás decir que tienes derechos de autor y podrás reclamar el plagio si otra persona lo utiliza para su página. 

Fotografías y otros archivos multimedia

    Vamos a dejar de lado por ahora el tema de las fotografías y su protección como propiedad intelectual, ¿ok? Vamos a concentrarnos en aquellas que se consideran obras, y lo vamos a equiparar a cualquier otro dibujo, ilustración o vídeo que pueda existir en tu sitio web. Puedes tener fotografías creadas por ti, algunas que un fotógrafo haya tomado para ti y otras de algún banco de imágenes como Unsplash®. Todas se considerarán de forma individual para saber si tienes o no la propiedad sobre ellas. ¿Qué pasa entonces si el diseño es de una plantilla, pero la fotografía es tuya? En ese caso, si te copian, reclamarías solamente la fotografía, pero no el diseño. 

    Texto 

      Para mí, la joya de la corona, porque es algo que sí o sí todos podemos tener en nuestro sitio web, eso sí, siempre que sea una obra. Lo sé, me repito mucho, pero es que es la clave de todo. No importa si tienes algo que sea 100% texto, sea la temática que sea, el texto que utilizas puede ser una obra y en consecuencia, tener derechos de autor. Ahora bien, cuidado con confundir lo generado por inteligencia artificial con que sea una obra, porque el copia y pega no aplica para etiquetarte como autor. Lo mismo aplica para textos cortos sin originalidad, una frase común como: somos una empresa integral dedicada a tu servicio… no tendrá mayor protección de nada. Dedícale cariño a tus textos, porque sí, hasta tus términos y condiciones pueden considerarse una obra, en los nuestros por ejemplo hablamos hasta del Dr. Strange®, ¿por qué? Porque así sabemos quien nos copió. La clave está en la originalidad. ¿Cuáles son los textos que pueden considerarse entonces una obra? 

      La bio, la descripción de los productos o servicios, tus textos legales, la página de valores, misión, alcance, las entradas de un blog, la carta de ventas, y claro, lo que está directamente relacionado con tu sitio web, como tu newsletter, también puede ser algo protegido por la propiedad intelectual. 

      ¡Pon tu sello personal en cada elemento que puedas! 

      Como ves, puedes «jugar al Lego®» con las partes de tu sitio. Algunos bloques serán tuyos, y otros prestados. Lo importante es darles un giro personal para que tu sitio respire tu identidad y tenga el máximo nivel de protección posible. Este enfoque equilibrado te permite construir un sitio web protegido, donde los elementos que verdaderamente son de tu autoría pueden contar con derechos de autor. 

      ALTO, ¿y si soy diseñador? 

      Excelente pregunta, porque claro, aquí eres tú quien diseña y vende un sitio web 100% listo para que tu cliente lo utilice y ya. Deberás siempre tener un contrato donde especifiques si podrá o no modificar ese sitio web, y además, si podrá replicarlo, o cambiar el texto que utilizaste, colocar otras fotografías etc. Claro que, siempre considerando lo mismo que hemos hablado hasta ahora, porque hay quien haga el diseño desde cero y hay quien adapta plantillas para otras personas, así que, si te dedicas a crear websites para otras personas, deberás verificar que los elementos que utilices, como fotografías, tipografías, etc., pueden ser cedidos a tus clientes. Esto lo sabrás en la licencia de uso del lugar donde estás adquiriendo estos componentes. 

      ¿Y cómo puedo proteger mi sitio web? 

      Llegados a este punto, ya sabes entonces cuando sí y cuando no una página tiene derechos de autor en internet, ¿qué tienes que hacer para protegerla? Nada… Desde el momento que creas una obra, ya eres autor, no requieres un acto especial, y por ende, tienes la propiedad intelectual sobre ella, peeeeeeeero, no quiere esto decir que no debas realizar otros pasos para evitar problemas a futuro. Al igual que cuando compras tu casa, no necesitas un cartel en la puerta que diga propiedad de fulano, pero igual compras una buena puerta, con un sistema de seguridad que disminuya dolores de cabeza en un futuro, para que nadie sin autorización entre y se lleve algo de tu propiedad. Te sugiero las siguientes tareas para que quede claro lo que pueden o no hacer con los elementos que componen tu ambiente virtual: 

      • Regístralo en Safe Creative®: aunque no requieras un registro para hacerte del título de autor, esto te ayudará en un futuro a reclamar en caso de plagio, además, te permitirá tener un certificado con un hipervínculo para que tus visitantes puedan ver los datos del registro, un punto que te traerá además un punto extra de profesionalismo. Puedes hacer un vídeo de pantalla para recorrerlo todo, o ir guardando cada una en .pdf, y ubicarlo dentro de artes visuales à páginas electrónicas y multimedia. 
      • Redacta la política de propiedad intelectual: así como las plataformas Canva®, Unsplash®, etc., deja claro lo que se puede o no hacer con los elementos que hay en tu sitio web, si se puede compartir o no, cómo se debe hacer, y a quién habría que contactar para poder utilizar materiales que tengas allí expuestos. 
      • En el footer, deja claro que todos los derechos están reservados, agrega la © de copyright para quien te vea desde Estados Unidos, indica quién es el autor y el año de su creación. Claro que esto solo aplica para el diseño como tal en su conjunto. Para las fechas de cada obra como las fotos, el texto, etc., tienes el registro en Safe Creative® 

      Y así, ya tienes protegido tu sitio web. 

      🪧 Aviso: los artículos de Opinión reflejan las perspectivas de sus autores. SafeCreative no se identifica necesariamente con los puntos de vista expresados en ellos.
      Caribay Camacho
      Caribay Camacho
      Consultora digital y abogada. Ayudo a las empresas digitales a cumplir las leyes de comercio electrónico sin quebraderos de cabeza.

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