A principios del pasado mes de marzo de 2024, se presentaba en la Cámara de los Representantes de los Estados Unidos un proyecto de ley centrado en regular una remuneración justa y adecuada a favor de los artistas musicales por las reproducciones de sus canciones en las plataformas digitales de streaming.
El proyecto, denominado «The Living Wage for Musicians Act of 2024» («Ley de salario digno para los músicos»), busca introducir una remuneración adicional para los artistas musicales que puedan cobrar directamente de las plataformas digitales de consumo musical. Es decir: sin intermediación por parte de las compañías discográficas.
Implementación y gestión de fondos
Para conseguirlo, el proyecto plantea en su sección cuarta la posibilidad de incrementar las cuotas de suscripción que las plataformas cobran a sus usuarios. En concreto, se habla de aumentar las cuotas por un importe que se corresponda con el 50% del precio de suscripción. Dependiendo de cada plataforma esto podría rondar entre los 4 y los 10 dólares. Asimismo, se insta a las plataformas a informar al suscriptor de la razón de ese aumento de precio.
Este nuevo «fondo», recaudado gracias a los nuevos precios de suscripción, deberá tratarse de forma separada. De esta forma, el dinero proveniente de las suscripciones se dividirá en dos apartados: los ingresos de la suscripción base que las plataformas vienen cobrando hasta ahora, y el nuevo ingreso extra para la remuneración de los artistas.
Las plataformas deberán abonar periódicamente los ingresos recaudados en este concepto a una entidad administradora del fondo, que será elegida expresamente con ese propósito. Además, abonarán también el 10% del resto de ingresos que no provengan directamente de las suscripciones.
Tensiones actuales y futuro del proyecto
La cuantía por repartir a cada artista dependerá de las reproducciones que cada cual obtenga en cada plataforma. Eso sí, el proyecto de ley prevé un límite para aquellas canciones que sobrepasen el millón de streams. Esto podría poner en contra a los artistas más populares.
Asimismo, la RIAA, en representación de los sellos discográficos, parece oponerse a que la remuneración sea directamente para los artistas, en lugar de llevarse a cabo a través de éstos.
A la hora de realizar los pagos a los artistas, la entidad gestora del fondo deberá retener las cantidades devengadas que no hayan podido entregarse por no haber podido identificar al artista correspondiente. Si esto sucede, las cuantías quedarán retenidas durante un período de tiempo. Una vez transcurrido, volverán al fondo para poder ser repartidas al resto de artistas.
El proyecto de ley obliga a las plataformas a cumplir con ciertas normas de transparencia en relación con los libros de contabilidad.
Por último, destaca también la definición de «artista» que recoge el proyecto, pues únicamente refiere a los creadores humanos, y excluye expresamente tanto a las personas jurídicas como a las inteligencias artificiales generativas. Por tanto, estos sujetos no podrán ser beneficiarios de esta remuneración.
Habrá que ver en el futuro qué recorrido tiene este proyecto de ley, y si la voluntad de remunerar justa y adecuadamente a los artistas consigue sobreponerse a las fuertes presiones del lobby discográfico americano.