El poeta latino Marcial acusaba de plagiario, ya en el siglo I d. C., a Fidentino, que se hacía pasar por poeta recitando con poca gracia los versos de aquel. Pero claro, en aquella época todavía no existían los derechos de autor y la única manera de defenderse que tenía Marcial era tirándole dardos con sus envenenados versos.
No es hasta el siglo XVIII, después de la expansión de la imprenta de tipos móviles, que aparece en Inglaterra el primer sistema legal de protección de la propiedad intelectual. Se trata del copyright: un sistema de monopolio temporal universal del que se beneficiarían los impresores legítimos de las obras escritas y que les permitía emprender acciones legales contra los responsables de las copias no autorizadas. De aquí deriva en buena medida el sistema actual de propiedad intelectual.
¿Qué es la propiedad intelectual?
Según se la define en la web del Ministerio de Cultura español:
«La propiedad intelectual protege las creaciones originales literarias, artísticas o científicas expresadas en cualquier medio, tales como libros, escritos, composiciones musicales, obras dramáticas, coreografías, obras audiovisuales, esculturas, obras pictóricas, planos, maquetas, mapas, fotografías, programas de ordenador y bases de datos. También protege las interpretaciones artísticas, los fonogramas, las grabaciones audiovisuales y las emisiones de radiodifusión.»
Como podemos deducir de esta definición, las leyes que regulan la propiedad intelectual no solo protegen del plagio a los autores y otros titulares de los derechos de autor, sino que tienen gran influencia en el desarrollo económico, en la prosperidad empresarial y en el progreso de las naciones.
El valor social de la propiedad intelectual
La propiedad intelectual juega un papel fundamental en la actual sociedad del conocimiento, donde gran parte de los productos y servicios que se consumen son fruto de la investigación, la creatividad y la innovación.
Al proteger las obras e invenciones de los autores, se fomentan tanto la creatividad artística como la investigación y desarrollo en las organizaciones. Por una parte, los creadores reciben una recompensa económica y un reconocimiento social por su trabajo y por su esfuerzo. Por la otra, a las empresas y a los centros de investigación les supone un incentivo para invertir en I+D en un momento en que la inmediatez de las comunicaciones y la facilidad de producir copias hacen muy fácil el plagio y la falsificación.
La protección legal de la propiedad intelectual hace posible que se creen puestos de trabajo y se genere un crecimiento económico que sin ella no sería posible.
De todos modos, algunos movimientos como el software libre o de código abierto, el copyleft o Creative Commons cuestionan las restricciones para usar, modificar o redistribuir que implica la propiedad intelectual. Consideran que pueden ser un freno a la creatividad y el desarrollo, por lo que son una alternativa para quienes desean compartir su trabajo bajo licencias abiertas o libres.
Algunos efectos de la protección de la propiedad intelectual
Entre los efectos de las leyes que protegen la propiedad intelectual podemos destacar los siguientes:
- Protegen las obras e invenciones de la mente humana y a sus autores.
- Fomentan la producción cultural y artística.
- Incentivan la producción de conocimiento, la creatividad y la innovación.
- Impulsan el desarrollo económico y benefician al entorno empresarial.
- Promueven la competencia justa y protegen a las marcas.
- Evitan la falsificación y garantizan la calidad de los productos.
- Contribuyen a preservar el conocimiento humano y evitan la apropiación.
- Promueven la inversión en investigación y desarrollo.
Impacto social de la propiedad intelectual en Europa
Según un estudio de la Oficina Europea de Patentes y la Oficina de Propiedad Intelectual de la Unión Europea:
«Los sectores intensivos en derechos de propiedad intelectual generaron el 29,7 % del total de los puestos de trabajo de la UE durante el período 2017-2019.»
Es decir, 61 millones de puestos de trabajo directos y 20 millones de puestos de trabajo indirectos. Y añade:
«Los sectores intensivos en derechos de propiedad intelectual generaron más del 47 % de la actividad económica total (PIB) de la UE.»
El informe indica que estos sectores representan más del 75% del comercio interno de la Unión Europea y que en ellos se dan salarios más altos que en otros sectores. También señala que el peso de estos sectores en la economía va en aumento, especialmente los relacionados con las tecnologías de mitigación del cambio climático y las marcas verdes.
No cabe duda de que la economía relacionada con la propiedad intelectual juega un papel de suma importancia en Europa.
La propiedad intelectual como factor de cambio social
Algunos aspectos clave sobre la relación entre la propiedad intelectual y el cambio social son los siguientes:
- Innovación y desarrollo. La propiedad intelectual, al proteger las creaciones intelectuales como patentes, derechos de autor y marcas registradas, puede fomentar la innovación y el desarrollo tecnológico. Esto puede tener un impacto significativo en la sociedad al introducir nuevas ideas, productos y servicios que pueden transformar industrias enteras y mejorar la calidad de vida de las personas.
- Acceso al conocimiento. Sin embargo, una protección excesiva de la propiedad intelectual no está exenta de críticas y también puede ser vista como un obstáculo para el acceso al conocimiento y a la cultura. Se argumenta que las leyes de propiedad intelectual pueden restringir indebidamente el flujo de información y el intercambio cultural, lo que puede tener efectos negativos en la creatividad y la innovación a largo plazo.
- Efectos en la desigualdad. La manera en que se estructuran las leyes de propiedad intelectual puede influir en la distribución de la riqueza y el poder económico en una sociedad. Por ejemplo, algunas empresas pueden acumular grandes beneficios al monopolizar ciertas productos o servicios mediante derechos de propiedad intelectual, lo que puede exacerbar las desigualdades económicas.
- Aspectos legales y éticos. También hay que tener en cuenta las implicaciones éticas y legales de la propiedad intelectual en relación con el acceso a los medicamentos, el conocimiento científico y otros campos cruciales para el bienestar humano.
En resumen, la propiedad intelectual puede ser vista como un motor de cambio social y el desarrollo económico o como una fuerza que perpetúa ciertas estructuras y desigualdades.