La batalla que presenta la industria del cómic europea contra el uso de la inteligencia artificial (IA) en el mundo del arte se lidera desde Bruselas. Desde la capital del cómic europea, que vio nacer a personajes míticos del género como Tintín o los Pitufos, los actuales propietarios de la creación de Hergé se han posicionado contra el uso cada vez más extendido de herramientas como Midjourney y Dall-E.
Legislación previa al uso intensivo de la IA generativa
La preocupación de artistas y editores reside en que el arte generado por IA opera en una zona gris. Aunque las leyes europeas sobre copyright protegen los derechos de los autores de cómics y de los ilustradores, proceden de una época previa al uso de esta tecnología, incluso la Directiva sobre Derechos de Autor en el Mercado Único Digital de 2019. De hecho, el uso de herramientas como Midjourney, que se entrenan con imágenes generadas por artistas para generar imágenes en minutos, no era habitual.
Creatividad y empleo, principales preocupaciones en el mundo del arte
Esta situación abre incógnitas entre las partes interesadas sobre si la IA ayudará o dificultará la creatividad, al tiempo que plantea la cuestión de si estas herramientas podrían reemplazar a los artistas humanos. Incluso va más allá. Gauthier Van Meerbeeck, director editorial de Le Lombard, la firma que publica y licencia las aventuras de Tintín en la actualidad, asegura que ha provocado un «rechazo total» de la IA en la industria del cómic europea.
«El arte [generado por IA] se genera robando a los artistas, así que, moralmente, nunca podría involucrarme en eso.»
(Van Meerbeeck)
Preparados para litigar con las tecnológicas por los derechos de autor
Artistas y editores europeos han depositado su esperanza en la Ley de IA de la Unión Europea, cuyas disposiciones relativas al propósito general serán realidad a mediados de 2025. Las editoriales ya se están preparando para iniciar litigios a partir de este momento, puesto que las nuevas normas obligarán a las empresas tecnológicas a ser transparentes en lo que respecta a los insumos de formación, lo que las expondrá a posibles demandas por derechos de autor.
La Ley de IA exige la autorización del titular de los derechos para entrenar IA
El apartado 105 de esta ley establece que «cualquier uso de contenido protegido por derechos de autor requiere la autorización del titular de los derechos en cuestión, a menos que se apliquen las excepciones y limitaciones pertinentes de los derechos de autor». Además, «cuando los derechos de exclusión se hayan reservado expresamente de forma adecuada, los proveedores de modelos de IA de uso general deberán obtener una autorización de los titulares de los derechos si desean llevar a cabo minería de textos y datos sobre dichas obras». Por tanto, se indica en Xataka, sobre el papel habrá una protección para los creadores comparable en teoría a la que se ha dado en medios de difusión tradicionales.
Quentin Deschandelliers, asesor legal de la Federación de Editores Europeos, asegura que «es muy importante para los editores porque si uno quiere litigar, necesita saber qué hay debajo del capó».
La ley abrirá la puerta a la firma de acuerdos de compensación
En su opinión, la ley entrante puede empujar a las empresas tecnológicas a firmar acuerdos de licencia para compensar a los artistas si su trabajo se utiliza para entrenar un modelo de IA generativa siguiendo el camino iniciado con algunos medios de comunicación. En todo caso, algunos editores y autores tienen miedo de «ceder las llaves del reino», explica Deschandelliers, por temor a que las obras generadas por IA inunden los mercados poniendo en riesgo la autenticidad y la viabilidad económica del trabajo creativo.
División entre artistas por el uso de la IA
Aún así, algunos artistas no consideran la IA una amenaza existencial. El dibujante belga de cómics Marnix Verduyn, conocido como NIX, inicialmente vio en la IA una oportunidad para automatizar tareas repetitivas y que requieren poca habilidad. Pero con la aparición en 2021 del modelo generativo Dall-E de OpenAI se encontró con el rechazo de sus colegas. Aunque defiende el uso de la IA para ser competitivo frente a los gigantes del cómic de Japón y Estados Unidos, los recién graduados en arte temen que las oportunidades de empleo de nivel inicial sean absorbidas por las máquinas, se explica en Vandal.
Fuentes: South China Morning Post, Xataka, Vandal
