La inteligencia artificial generativa ha emergido como una tecnología revolucionaria que tiene el potencial de transformar numerosos sectores a nivel global. Sin embargo, su implementación plantea significativos desafíos en los ámbitos de la propiedad intelectual y los derechos culturales. Aunque la inteligencia artificial (IA) ofrece numerosas oportunidades, es crucial que su desarrollo y despliegue se realicen de manera ética y respetuosa con los derechos de los creadores.
¿Quién es el titular de los derechos de autor de una obra creada con IA?
La IA generativa crea contenido original a partir de datos existentes, incluyendo textos, imágenes y música, lo que plantea una pregunta fundamental: ¿quién es el titular de los derechos de autor de una obra creada por una IA? Las leyes de propiedad intelectual en muchos países están diseñadas para proteger a los creadores humanos, sin contemplar explícitamente la autoría de máquinas. Esta laguna legal debe ser abordada para proteger los derechos de los creadores humanos cuyos trabajos se utilizan para entrenar estas tecnologías.
Los gobiernos de todo el mundo están trabajando para aprovechar las oportunidades que ofrece la IA, al tiempo que abordan sus retos. Esto implica establecer condiciones que promuevan su despliegue y diseñar marcos normativos que aseguren un uso ético y humanista de esta tecnología. Iniciativas como los sandbox regulatorios, la creación de agencias nacionales de supervisión de la inteligencia artificial y la investigación en IA son pasos en la dirección correcta. Estos esfuerzos se complementan con la participación activa en conversaciones internacionales para desarrollar una legislación específica sobre IA, que garantice la protección de los derechos fundamentales y potencie la innovación.
La normativa europea sobre IA
La nueva normativa europea sobre IA, por ejemplo, establece obligaciones para proveedores y usuarios en función del nivel de riesgo de los sistemas de IA. Los sistemas de riesgo inaceptable, que amenazan directamente a las personas, serán prohibidos. Esto incluye la manipulación cognitiva de personas vulnerables, la puntuación social y los sistemas de identificación biométrica en tiempo real. Los sistemas de alto riesgo, que afectan negativamente a la seguridad o a los derechos fundamentales, serán evaluados exhaustivamente antes y durante su comercialización.
En cuanto a la IA generativa, debe cumplir con requisitos de transparencia y la legislación en materia de derechos de autor. Esto incluye revelar qué contenido ha sido generado por IA y publicar resúmenes de los datos protegidos por derechos de autor utilizados para el entrenamiento. Los sistemas de IA deben cumplir con los requisitos de transparencia, seguridad y rendición de cuentas, y se clasifican según su nivel de riesgo. Esta normativa tiene como objetivo proteger los derechos fundamentales de los ciudadanos y garantizar que la IA se utilice de manera que beneficie a la sociedad.
La IA generativa en las artes plásticas y visuales
Uno de los sectores más afectados por la IA generativa es el de las artes plásticas y visuales. La utilización no autorizada de obras protegidas para entrenar estas tecnologías constituye una grave vulneración de derechos de autor. Las tecnologías de IA generativa, tal y como se implementan hoy en día, dependen del uso no consentido de una infinidad de material protegido por derechos de autor para el entrenamiento y alimentación de los softwares. Esta práctica no solo desvaloriza el trabajo de los artistas, sino que también amenaza su sustento económico y su reconocimiento profesional. Los artistas plásticos y visuales ven cómo sus creaciones, fruto de su talento y esfuerzo, son utilizadas sin su permiso para desarrollar sistemas que pueden replicar y, en algunos casos, suplantar su labor, sin ninguna compensación ni reconocimiento. Este uso indebido afecta directamente a la valoración económica de sus obras y su visibilidad en el mercado del arte, cristalizando la extrema precariedad de un sector ya de por sí frágil.
Consentimiento y remuneración de los titulares de los derechos
Para mitigar estos efectos, es imperativo adoptar medidas urgentes. Es esencial garantizar que estas tecnologías no utilicen obras protegidas sin el consentimiento previo de sus autores, prohibiendo cualquier uso de sistemas que utilicen IA sin regulaciones claras y consentimiento explícito de los titulares de derechos.
Una vez permitido el uso de estas obras, es crucial que se remunere adecuadamente a los creadores, en cumplimiento de los preceptos de remuneración proporcional y justa integrados en la normativa relativa a propiedad Intelectual a nivel europeo. Además, es necesario que los productos resultantes de estas tecnologías citen las fuentes y los autores de las obras utilizadas en la generación de imágenes, esencial para mantener la integridad y la autoría de los creadores originales. Para los productos obtenidos antes de la regulación, como opción compensatoria se podría implementar una medida que obligue a las empresas y usuarios que hayan explotado económicamente estos resultados a aportar un porcentaje de las ganancias a entidades de gestión, y que sean estas entidades las garantes del resarcimiento del daño causado a los creadores mediante un reparto pertinente.
Diversas organizaciones, como EGAIR y otras entidades defensoras de los derechos digitales, han destacado la importancia de reforzar la transparencia sobre las obras y los datos ya «sustraídos» por las empresas de IA sin el consentimiento del titular de los derechos y sin pagar por su uso. La creación de registros detallados y accesibles de todo el material protegido por derechos de autor que hayan utilizado las empresas de IA es fundamental. Esta medida permitiría transformar estos registros en marketplaces altamente controlados y supervisados, donde los titulares de los derechos puedan subir sus obras en alta definición de manera gratuita o previo acuerdo con las empresas.
Las administraciones deben liderar la regulación de la IA
Para asegurar una convivencia respetuosa y beneficiosa entre la tecnología y las artes, es vital que las administraciones lideren y apoyen campañas que fomenten la regulación de la IA generativa y promuevan la conciencia sobre la importancia de proteger los derechos de los creadores en este nuevo contexto tecnológico, desarrollando herramientas como las guías de buenas prácticas que restrinjan el uso de softwares de IA generativa en contrataciones públicas, subvenciones y premios nacionales. Es crucial promover activamente las ayudas a la creación artística realizada por humanos, asegurando que los artistas reciban el apoyo necesario para continuar desarrollando su trabajo sin la presión de competir con máquinas que generan contenido de manera automatizada.
Es necesario demandar que cualquier tecnología que utilice obras protegidas en sus procesos, ya sea para entrenamiento o para generación de nuevos contenidos, obtenga previamente el consentimiento explícito de los autores. Además, los creadores cuyas obras se utilicen deben ser justamente remunerados de acuerdo con las leyes de propiedad intelectual vigentes.
Asegurar que los resultados generados por estas tecnologías incluyan créditos adecuados que reconozcan las fuentes y los autores de las obras utilizadas en el proceso de generación es fundamental. Proponer una ley que, de manera retroactiva, obligue a empresas y usuarios que hayan beneficiado económicamente del uso no regulado de estas tecnologías a contribuir con un porcentaje de esas ganancias a entidades de gestión es otra medida crucial. Estos fondos se destinarían a compensar a los creadores por los daños ocasionados, distribuyendo los ingresos de manera justa entre ellos.
La IA generativa representa una oportunidad y un desafío a nivel global. Aprovechar sus beneficios sin comprometer los derechos de propiedad intelectual y los derechos culturales requiere un marco normativo sólido, ético y transparente. Solo así se podrá asegurar un futuro en el que la tecnología y el arte coexistan de manera respetuosa y beneficiosa para todos. La regulación efectiva, el respeto a los derechos de autor y la mejora de las condiciones laborales de los creadores son fundamentales para avanzar hacia un entorno donde la innovación tecnológica y la creación artística humana se complementen y enriquezcan mutuamente. La normativa internacional de IA proporciona una base esencial para lograr este equilibrio, garantizando que el desarrollo tecnológico se realice de manera ética y responsable.
