Esa copla que no para de sonar en la radio, el estribillo que se reproduce una y otra vez en nuestra cabeza o la canción de cada verano… todas esas melodías, en algún momento, estarán libres de derechos. Y, adelante spoiler: la cifra clave son 70 años después de la muerte del autor en la mayoría de los países. Hasta ese momento, ¿puedo utilizar una canción sin el permiso de su autor? o ¿por cuánto tiempo puedo utilizar una de las canciones del verano con copyright?
Comencemos por el principio. La Ley de Derechos de Autor protege todas las obras originales; entre ellas, por supuesto, está incluida la música. El copyright de una canción es un conjunto de derechos legales que otorga al creador de la obra el control exclusivo sobre su uso y distribución. Unos derechos que incluyen el derecho de reproducción, de distribución, de interpretación pública, de creación de obras derivadas y el de trasmisión.
Es decir: el autor tiene el control sobre quién puede copiar su canción, sobre su venta o distribución, quién puede interpretarla en público, así como su emisión por la radio, televisión o Internet. Todos estos derechos buscan proteger los intereses económicos y morales del creador, asegurando que reciba reconocimiento y compensación por su trabajo.
Pero sí, existen algunas excepciones a los derechos de autor que permitirán utilizar una canción sin tener los derechos. Singularidades que se resumen en lo que se denomina «uso justo» o «uso legítimo» y que hacen posible el uso de una obra protegida sin permiso siempre que se cumplan ciertas circunstancias y que sea para algunos fines. Habría que determinar pues si ese empleo que hacemos se considera o no legítimo, algo que no está garantizado, no tiene una regla fija, y dependerá de la jurisdicción y de las circunstancias específicas de cada caso. Aunque las excepciones pueden ser similares en algunos países hay diferencias que no se deben pasar por alto.
El uso de la canción del verano en redes
En España, el concepto de «uso justo» no está reconocido de la misma manera que en países como Estados Unidos. Si bien la Ley de Propiedad Intelectual española contempla ciertos límites y excepciones a los derechos de autor que pueden permitir el uso de las obras protegidas sin necesidad de autorización de su creador.
Algunas de esas excepciones serían el uso privado, la ley permite la reproducción de obras ya divulgadas si esa divulgación no tiene ánimo de lucro y es para utilizar en privado como puede ser una grabación que hagamos de alguna canción para escucharla. También cuando se hace una cita o reseña es posible incluir fragmentos de una canción; es decir, hacerlo con fines de análisis, comentario o juicio crítico. Otra excepción es cuando se realiza una parodia o para el uso educativo y científico, así como en actos oficiales y ceremonias religiosas siempre que la asistencia a ellas sea gratuita. Por último, está contemplado que las bibliotecas y archivos puedan reproducir obras protegidas sin autorización para fines de conservación, investigación o préstamo interbibliotecario.
Muchas veces la utilización que se quiere hacer de una melodía es para contenido en redes –incluir la canción del verano en una publicación siempre ayuda a viralizar– y la mayoría de esas plataformas en las que queremos utilizar una música son estadounidenses, que valoran si el uso es legítimo o no en función del llamado uso justo. En Estados Unidos, la validez de ese uso legitimo se determina en función de cuatro factores, como se explica en las políticas de Google.
- El primero sería el propósito y el carácter del uso, sobre todo si es comercial o no.
- La naturaleza de la obra protegida. Por ejemplo, si se usa material o no de obras basadas en hechos reales;
- La cantidad del fragmento utilizado en relación con la totalidad de la obra protegida. Es más probable que se considere uso legitimo si se utilizan pequeños fragmentos.
- El efecto de dicho uso en el valor o en el mercado potencial de la obra protegida por derechos de autor. Es decir, si el uso afecta a la capacidad del autor de rentabilizar su obra.
En todo caso, queda desmontada la llamada «regla de los 30 segundos». No es verdad que se puedan utilizar 30 segundos de una canción sin infringir los derechos de autor, esto varía según el contexto y la jurisdicción legal que será la que determine ese llamado «uso justo».
¿Cuál es el riesgo de utilizar la canción del verano sin autorización?
El uso de música con derechos de autor sin autorización puede hacer que nos tengamos que enfrentar a acciones legales con demandas de los titulares de los derechos que lleve a los tribunales a imponernos multas significativas y ordenar el pago de daños y perjuicios al titular de los derechos.
En las plataformas digitales, el uso de canciones sin permiso acarreará diferentes consecuencias. Cada una de ellas, ya sea YouTube, Instagram o TikTok, tiene su propia manera de abordar la infracción, pero en general lo que estas plataformas hacen es desviar los ingresos generados por el contenido infractor al titular de los derechos. Y, en el caso que se reincida en este tipo de infracciones, pueden eliminar o suspender la cuenta. Además, algo que también conviene tener presente cuando hacemos uso de una canción, sea la que más suene este verano o la próxima Navidad, sin tener los derechos es el impacto negativo en nuestra imagen al utilizar algo para lo que no tenemos permiso.
Es recomendable leer la política al respecto de cada una de las plataformas. En YouTube los creadores de contenido que utilicen el formato de los vídeos cortos (Shorts) pueden utilizar hasta un minuto de música con derechos de autor, aunque no están todas las canciones disponibles, algunas permanecen en los 15 segundos debido a los acuerdos de licencia particulares con cada sello discográfico, editor o distribuidor. Para saber qué música está dentro de estos permisos hay información en el audio de la aplicación de YouTube.
En Instagram es posible utilizar música con copyright si se utiliza sin fines lucrativos, cuando la publicación no es un anuncio, en las historias que se eliminan en las 24 horas, en las grabaciones en conciertos en directo, si se usan fragmentos cortos de canciones o si la música es un elemento secundario en el contenido.
Evitar el riesgo de utilizar música con derechos de autor es sencillo. Basta por optar por bibliotecas de música que ofrezcan contenido libre de derechos o obtener los permisos necesarios de los titulares. También podemos utilizar música con licencias Creative Commons. Además, algunas de las plataformas, un ejemplo es TikTok, cuentan con su propia biblioteca de música sin derechos que se puede utilizar.