Un equipo de abogados del diario The New York Times ha comenzado una investigación sobre el código de OpenAI, la empresa que está detrás de ChapGPT, por posibles infracciones de derechos de autor. Están explorando si se ha utilizado contenido de sus artículos para entrenar los modelos de inteligencia artificial (IA) de la firma sin la debida compensación. La decisión que se tome en este caso podría sentar precedentes legales cruciales sobre el «uso justo» en Estados Unidos.
Quieren conocer cómo se ha utilizado el contenido en el entrenamiento de la IA
La creciente preocupación por el uso indebido de contenido periodístico en el ámbito de la IA ha llevado a una escalada en las tensiones entre medios de comunicación y plataformas de tecnología. En este contexto, y tras la demanda que el NYT ha interpuesto a OpenAI, abogados del diario han comenzado a investigar el código fuente de la tecnológica almacenado en un ordenador sin conexión a internet en una sala segura.
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El objetivo es conocer cómo se ha utilizado el contenido del periódico en el desarrollo de modelos de lenguaje de IA por si se hubiera producido una violación de derechos de autor. Así, los profesionales legales del medio están evaluando si OpenAI ha utilizado más de diez millones de artículos sin compensar de forma adecuada a sus creadores.
La investigación está sujeta a unas normas muy estrictas
Las condiciones establecidas por el equipo legal del NYT, apoyado por el bufete Susman Godfrey, para que los abogados puedan realizar esta tarea son muy estrictas. Según Business Insider, para acceder a la sala, los letrados tienen que identificarse con documentos oficiales y no pueden llevar teléfonos, memorias USB u otros dispositivos electrónicos. Se les proporciona un ordenador sin acceso a Internet y con un programa de procesamiento de textos. Tras cada sesión, las notas tomadas pueden descargarse en otro equipo y luego se borran del ordenador original.
Los abogados del diario pueden compartir sus notas con hasta cinco consultores externos para que les ayuden a entender lo que hace el código. Si uno de los abogados quiere mostrar al CEO de OpenAI, Sam Altman, un fragmento del código para hacerle preguntas al respecto en una declaración, esa copia se destruirá después.
El «uso justo» es parte de la discusión que mantienen medios y tecnológicas
La preocupación del NYT no es un caso aislado. De hecho, muchos medios están alarmados por el potencial que tiene la IA para desdibujar las líneas entre el contenido original y el generado por las máquinas. Uno de los puntos en discusión es el concepto de «uso justo», que permite la utilización transformadora de contenido protegido por derechos de autor en ciertos casos. Frente a esta posibilidad legal, los medios argumentan que la IA está generando textos que compiten directamente con el contenido original, lo que podría tener consecuencias negativas para su modelo de negocio, informa Gizmodo.
Microsoft también está implicada en el litigio
El litigio también involucra a Microsoft, compañía que utiliza la tecnología de OpenAI en sus productos. Como recoge Business Insider, la demanda del NYT argumenta que OpenAI ha infringido sus derechos de propiedad intelectual de dos maneras. Por un lado, alega que el modelo de lenguaje ha recopilado de forma ilegal más de diez millones de artículos del diario para entrenar a ChatGPT y Microsoft Copilot sin compensación alguna. Por otro, sostiene que ChatGPT es capaz de reproducir artículos completos del NYT a petición de los usuarios, sin que éstos paguen una suscripción.
Los abogados comparan este caso con el Napster
En las presentaciones judiciales, los abogados han comparado este caso con el de Napster, que copiaba de forma ilegal millones de canciones y las ponía a disposición del público de manera gratuita.
No obstante, Justin Nelson, abogado de Susman Godfrey que representa a un grupo de autores en una demanda colectiva paralela al caso del NYT y en un litigio similar contra Anthropic, ha declarado:
«Napster era un proyecto universitario, mientras que OpenAI cuenta con el respaldo de Microsoft y ya está valorada en miles de millones. En lugar de ser unos chavales, estamos hablando de una empresa sofisticada, que lo ha hecho no para uso personal, sino para obtener un beneficio económico.»
(Justin Nelson)
En todo caso, aunque la batalla por los derechos de autor en la era digital esté lejos de resolverse, las decisiones legales que se deriven de esta demanda podrían establecer precedentes importantes para la industria de la IA en relación a la forma en que acceden y usan contenidos protegidos.
Fuentes: Business Insider, Gizmodo