Las tecnológicas OpenAI y Google han solicitado formalmente al gobierno de Estados Unidos que el nuevo plan de acción sobre inteligencia artificial (IA) relaje la protección de los contenidos con derechos de autor para entrenar a sus modelos. El objetivo es «promover la libertad de aprender» y hacer frente a las amenazas que supone el desarrollo de la IA china. En la actualidad, ambas compañías están inmersas en varios juicios por usar de modo ilícito material protegido por la propiedad intelectual.
Menos restricciones y competencia china
El creador de ChatGPT insta con su propuesta a que el futuro entorno regulatorio de la IA «fomente la innovación sin frenar el progreso». Para ello, pretende que el ejecutivo estadounidense colabore con el sector privado, evitando restricciones legales excesivas que, asegura, colocan a las tecnológicas americanas en inferioridad para competir con la inteligencia artificial china. Según OpenAI, si los desarrolladores chinos disponen de «acceso ilimitado a los datos y las empresas estadounidenses se quedan sin un acceso de uso justo, la carrera por la IA habrá terminado».
Uso justo y minería de datos
Por su parte, Google ha emitido otro comunicado respaldando las propuestas de OpenAI. En la misiva, la compañía argumenta que «las excepciones equilibradas al copyright», como el denominado «uso justo» o la minería de texto y datos «no afectan significativamente a los titulares de los derechos, evitan negociaciones largas e impredecibles» con los autores, y resultan «fundamentales para el avance de la IA», recoge Techcrunch.
Google señala además que las políticas «estrictas» de derechos de autor podrían obstaculizar los avances en sectores como la salud, el descubrimiento científico o el desarrollo económico. Además, OpenAI también ha solicitado que «se prohíban los modelos de IA producidos en China», en referencia a DeepSeek, puesto que estos sistemas controlados por el Gobierno chino pueden «poner en riesgo la seguridad nacional y la propiedad intelectual de las empresas estadounidenses».
La IA de Trump
El pasado enero, el presidente Donald Trump revocó la orden ejecutiva sobre inteligencia artificial firmada dos años antes por su antecesor, Joe Biden. Trump anunció entonces que emitirá una nueva orden y propondría un «plan de acción» que estaría listo a mediados de año. Así, el propósito de los gigantes tecnológicos estaría encaminado a que el nuevo plan incorpore ya las propuestas formuladas.
Pese a todo, detrás de estas peticiones de OpenAI y Google se entrevé una maniobra para frenar los múltiples juicios que en la actualidad afrontan ambas compañías por violar supuestamente los derechos de autor para entrenar el algoritmo de sus respectivos modelos de IA. Según publica Xataka, pese a que hasta ahora ninguna ha sufrido consecuencias por estas prácticas, «lo que pide OpenAI es que definitivamente no las haya y que puedan trabajar con esas obras sin preocupaciones legales».
Perjuicios a creadores y el «uso justo»
La utilización del contenido protegido por derechos de autor para alimentar los algoritmos de la IA es una práctica que, según los propios creadores, podría llegar a perjudicar sus intereses y devaluar la producción intelectual. Frente a esto, la compañía se defiende apelando a la doctrina del «uso justo», señalando que sus modelos «no replican» las obras, sino que «aprenden» de ellas, y «extraen patrones, estructuras lingüísticas e ideas contextuales». Es decir, utilizan «obras existentes para crear algo completamente nuevo y diferente sin erosionar el valor comercial de esas obras», publica Genbeta.
Fuente: OpenAI y Google (comunicados), Xataka, Techcrunch, Genbeta