Daniel Nesquens nació en Zaragoza en 1967. En el año 2000 publicó su primer libro, Diecisiete cuentos y dos pingüinos, con el que cosechó excelentes críticas, y desde entonces no ha parado, sumando más de 40 títulos. Su obra se caracteriza por inspirarse en momentos cotidianos y poseer un intenso sentido del humor, a veces con rasgos absurdos que recuerdan a grandes nombres de la literatura española, como Jardiel Poncela o Miguel Mihura. Le gustan los juegos de palabras e incluir trazos del Realismo mágico. Ha obtenido varias distinciones como el Premio de Álbum Ilustrado Ciudad de Alicante, el Premio Anaya de Literatura Infantil y Juvenil y el Premio El Barco de Vapor.
Mi trabajo
Me gusta escribir, pero no lo hago a full time, a tiempo completo. Escribo cuando puedo, cuando tengo ganas, cuando veo que tengo algo interesante en la cabeza. Es entonces cuando me pongo a escribir y después ya voy estirando de ese ovillo hasta desenredar totalmente la historia.
Mi obra
La escritura no tiene más que dedicación. De ahí es de donde sale todo. Dicen que mis historias están donde casi nadie las ve. Entonces tengo que ir observando, mirando, buscando, hasta que encuentro alguna de estas historias. Y entonces la llevo a mi terreno, que es un poco ese terreno del absurdo, del surrealismo, del humor blanco. No intento transmitir nada. Para eso están otras instituciones, están los padres, está la escuela, está la familia, están los amigos. Lo mío es escribir, contar historias.
La inspiración
Mis fuentes de inspiración son todas. Creo que el escritor tiene la necesidad de ir por la calle con los ojos muy abiertos, con las orejas muy abiertas, intentando encontrar, buscar algo donde parece que no hay, que no está. Hay que bucear debajo de los charcos para encontrar esa historia, cualquier libro, cualquier frase, una película, una escena. Yo creo que me vale todo para a partir de ahí.
Libro de cabecera
Tener un libro de cabecera… lo que tengo de cabecera es una almohada que no está llena de libros, sino que está llena de gomaespuma. Tengo libros que me gustan mucho, claro, por supuesto. La isla del tesoro me encanta. Me encantan muchos más libros, sobre todo los clásicos. Yo me alimenté de clásicos adaptados cuando era pequeño. Esos libros me encantan.
Literatura infantil
Siempre me ha gustado este tipo de literatura, no tengo prejuicios. Me gustaría escribir para adultos, pero igual es que no sé. He tenido suerte de encontrar aquí este terreno de juego. La literatura infantil tiene varias vertientes: la novela, los cuentos, los relatos y los libros ilustrados, en los que lo primero es la imagen.
Me gusta el libro ilustrado porque lo que yo hago es escribir pequeñas excusas para que el ilustrador, siempre que sea un buen ilustrador, y estoy acostumbrado y a trabajar con grandes ilustradores, se ponga las botas. Mi texto está a su servicio.
Crisis de lectura
¿Cómo se puede fomentar? ¿Cómo se fomentan las cosas desde pequeños en casa? Si un niño o una niña está en su casa y ve a su padre leer un libro, una novela o un libro de poesía. Pues todo será más fácil. Ahora, si no hay libros a su alcance, va a ser más complicado en la escuela.
En los colegios me consta que se dedica tiempo a la lectura y eso es lo que nos salva todavía, pero yo creo que es lo que hay que hacer es fomentar la lectura a través de cada uno, para que no sea un acto extraño, raro. Que, igual que te lavas los dientes por la mañana, por la tarde, después de la comida, el leer tiene que ser natural.
Inteligencia artificial
La inteligencia artificial es algo que no controlo. Por supuesto, me parece extraño. Primero que sean solo vocales. El nombre dice mucho de las cosas y que sea sólo IA, pues deja un poco en evidencia el asunto. Lo que si creo es que es preocupante y va a ser preocupante para una gente más que para otra.
Lo mío es escribir, por eso no me preocupa. Más que sacar una historia adelante, lo malo será cuando los editores, en vez de confiar en los escritores, confíen en esa inteligencia artificial, que será mucho más económica y barata, más barato que ahora, con los derechos de autor bajo mínimos. Entonces no sé, pero hay que retrotraerse a aquellos tiempos de los clásicos. ¿Cómo va a escribir la inteligencia artificial La isla del Tesoro o David Copperfield o Bambi?
Derechos de autor
Los derechos de autor son un acto de fe que tienes en las editoriales. Ellos te dicen que han vendido los ejemplares que sean, y tú te lo tienes que creer. Pero como he dicho un poco antes, yo no estoy aquí para contar los libros que vendo. Estoy para contar las historias que escribo. ¿Que se vende más? Suerte. ¿Que se vende menos? Mala suerte. Es algo que no está en mi mano.
Me fío bastante de la gente. Creo que la buena gente no va por ahí robando las cosas. Entonces, como creo en la buena gente, es algo que no me preocupa. Si a veces, y de hecho me ha pasado en algún colegio, los chicos han leído algún libro mío y el maestro ha decidido hacer fotocopias de los libros, me parece raro, extraño y singular, pero…
Internet
Antes de acabar con la barra libre de Internet, acabaría con la barra libre de las bodas. Eso sería lo primero que haría. Después acabaría con la barra libre de los bancos. Y con la barra libre de los políticos. Y luego ya a lo mejor le toca el turno a Internet y bueno, miraría qué hacer. Pero igual que yo busco en Internet, me parece fantástico que otros lo hagan. No me tiene que extrañar, por lo tanto, que la gente también busque otras cosas.