El autor del exitoso ensayo Hipnocracia, Jianwei Xun, ni es filósofo, ni nació en Hong Kong, y ni siquiera existe. La obra fue en realidad creada a través de una colaboración entre el editor y ensayista italiano Andrea Colamedici, y dos herramientas de inteligencia artificial (IA). El experimento ha sido ahora descubierto por la revista italiana L’Espresso.
Una interacción entre la inteligencia humana y la artificial
La noticia ha salido a luz gracias a la investigación de la redactora jefe del semanario, Sabina Minardi, que intentó sin éxito entrevistar a Xun, un supuesto filósofo hongkonés residente en Berlín. La periodista indagó hasta descubrir el «engaño» ideado por Colamedici, que aparecía en el libro como traductor de la obra, pero que en realidad había sido escrita en colaboración con las herramientas de IA ChatGPT y Claude.
Tras las revelaciones, la página web de Xun especifica que el autor es «una entidad filosófica distribuida, nacida de la interacción colaborativa entre la inteligencia humana y los sistemas de inteligencia artificial». Además, las nuevas ediciones del libro añadirán un anexo explicando el experimento.
Éxito de ventas y de crítica
Publicado en enero de 2025, Hipnocracia: Trump, Musk y la nueva arquitectura de la realidad, abordaba las nuevas formas de manipulación y su configuración de la percepción colectiva. El libro, publicado originalmente en italiano por Ediciones Tlon, y cuya traducción al español llegó de la mano de la Editorial Rosamerón, llevaba ya tres ediciones desde su lanzamiento, y se había situado entre los 20 ensayos más vendidos.
Además, había generado debate académico, sus análisis eran citados en seminarios y conferencias y algunos llegaron a considerarlo «Libro del año», según National Geographic. La revelación ha causado un revuelo en el mundo académico y periódicos como El País han decidido retirar de sus webs las informaciones que trataban sobre el libro.
La «teoría encarnada» de Colamedici
En una entrevista con el semanario italiano, Colamedici explica que su intención no era «construir una falsificación». Según reconoce, lo que buscaba era crear «un proyecto narrativo con el que construir la misma realidad que el libro analizaba teóricamente: crear un ecosistema narrativo que permitiera a la gente poner a prueba de inmediato los conceptos que leía», recoge Infolibre. El supuesto traductor del ensayo defiende así su «teoría encarnada». Como señala National Geographic, «Xun no era un sujeto que teorizaba sobre el simulacro: era el simulacro que se pensaba a sí mismo».
Aspectos legales y éticos del «experimento»
El experimento de Hipnocracia entra en conflictos legales y éticos. En primer lugar, el ensayo no advertía de que el contenido estaba generado o cocreado con IA, lo que se considera una infracción grave, según el Reglamento Europeo de Inteligencia Artificial aprobado por la UE el pasado año.
Por otro lado, y pese a las declaraciones de Colamedici, algunas voces consideran la maniobra una acción de marketing de la editorial, que ha prescindido de la «transparencia» y la buena praxis debida en la industria. Algo que a la larga podría «erosionar la confianza» de los lectores, señala a RTVE el vicedecano de Empresa y Business Analytics de la Universidad Europea, Javier Camacho.
Debate filosófico y derechos de autor de la IA
Por su parte, el semanario L’Espresso ha aprovechado la exclusiva para introducir un debate de calado filosófico, señalando que, si las ideas del libro «son correctas, o al menos han logrado suscitar un intenso debate cultural, ¿qué importa que hayan sido escritas por Inteligencia Artificial?”. Menos debate, sin embargo, surge a la hora de considerar al titular de los derechos de autor de la obra, dado que la actual legislación excluye a los modelos de IA como autores, por lo que estas herramientas no pueden ostentar derechos de propiedad intelectual.
Fuente: El País, Infolibre, RTVE, National Geographic.