Pepe Leal es un decorador y diseñador de interiores con estudio en Madrid. A la hora de definirse lo hace como un diseñador integral, capaz de concebir el interior de una clínica, de un restaurante o de una vivienda. Una versatilidad que le obliga a tocar casi todos los palos del interiorismo, desde la creación de un mueble al diseño de un sistema iluminación.
La clave
Es el equilibrio entre función y forma. El principal conflicto en nuestro trabajo es hacer algo que no descuide la parte estética pero que, al mismo tiempo, cumpla su función. Si haces una silla, tiene que ser cómoda y ergonómica. Pero si además consigues que sea diferente, original, bonita, pues lo tienes todo. Por lo tanto, en mi trabajo siempre jugamos con esos dos aspectos y hay veces que tiramos un poco más hacia el lado de la forma y otras veces al de la función. Pero desde luego el secreto está en cómo combinar las dos.
La empatía
El sector privado es todo un mundo. Estamos haciendo la casa de la gente y la casa es un sitio muy especial. En muchos casos se utiliza como tarjeta de presentación, como decir que se ha llegado a un cierto estatus. La gente se preocupa mucho por la proyección que va tener la casa o como les va a afectar a la proyección que tienen de ellos. Eso hace que, en muchas ocasiones, haya tensión. La relación con el cliente es difícil y, sobre todo, muy psicológica. Algo que no tiene nada que ver con el trabajo para el que nos hemos formado. Esto es algo que siempre les digo a la gente nueva o los becarios que vienen al estudio: no se olvide que nuestro trabajo en un 80% es psicología y sólo el 20% tiene que ver con el diseño.
El error
Una cosa que todo el mundo hace mal es la elección del sofá. La mayoría de la gente compra sofás enormes para su espacio. No tienen ni idea de las proporciones, ven el sofá en la tienda y dicen qué bonitos. Los sofás, cuanto más grandes, más bonitos. La proporción es mejor y visualmente llaman más la atención. Me he encontrado con casos en los que han comprado un sofá de 2,40 para un apartamento de 50 metros cuando tendrían que haber puesto un sofá de 1,80. Este es un error muy común.
Trabajar con emoción
Esa es la clave de todo. ¿Qué emoción se quiere transmitir y qué es lo que quiero que sea mi casa? A mí me pasa muchas veces, cuando viene gente que me dicen qué acogedora es tu casa. Eso es porque le doy mucha importancia. Pero no todos lo hacen. También hay un una corriente o tipo de diseño de interiores que busca epatar, que llegues a una casa y te quedes petrificado. Diseños con mucha tensión, en los que todo está perfecto y muy simétrico. Como que todo es muy bonito.
A mí no me gustan esos interiores porque no es lo que persigo. Busco que tu casa sea donde te estés muy relajado, muy cómodo y te encuentres muy a gusto. Al final eso sí que es una emoción, una sensación de cocoon, de nido, de protección. Porque eso es lo que nosotros llamamos hogar. Y a eso es a lo que nos dedicamos: a hacer que tu espacio sea lo más fiel a ti mismo, que te sientas muy cómodo y que te guste recibir a tus amigos, a gente… pero sobre todo a tus amigos.
Claro que hay gente que utiliza la casa para proyectar y lo que quiere es epatar y provocar. A mí me interesa más la idea esencial y básica y primitiva del fuego encendido de la cueva, o sea, del hogar, y que transmita seguridad, protección, comodidad, recogimiento, serenidad. Eso es lo que lo que me parece que una casa debe tener.
Decoración y Propiedad Intelectual
No está muy regulado, todos lo sabemos. En el momento que haces pequeñas modificaciones, ya se considera un producto nuevo y es muy difícil de saber qué es exactamente una copia. Pregúntale a Shakira por esos famosos vídeos con canciones de Shakira copiadas directamente. Pero, en el momento que se modifican no sé cuántos minutos ya se considera una canción nueva.
Lo mismo pasa en interiorismo. Estamos hartos de ver reproducciones de modelos de sillas icónicos del siglo XX que se han copiado hasta la saciedad con pequeñas variaciones. Claro que es un producto nuevo, pero el look en general es exactamente igual. Por eso me parece que tendría que estar más regulado. La cuestión no que no te copien, sino que recibas los honorarios, méritos o indemnizaciones que mereces por haber sido el primero en crear ese objeto o diseño.
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