Si estás preparando tu trabajo de fin de grado, más conocido como TFG, seguro que en algún momento te habrás preguntado si los derechos de autor serán tuyos o de la universidad. Vamos a resolver esta duda, que es más frecuente de lo que se podría pensar.
Lo primero que has de saber es que la Ley de Propiedad Intelectual protege el TFG igual que cualquier otra obra literaria, artística o científica. Por el mero hecho de escribirlo, posees los derechos de autor sobre el texto, la estructura y cualquier análisis o conclusión original, sin necesidad de registrarlo. Eso sí, siempre tienes la posibilidad de registrarlo para obtener una prueba de autoría.
Derechos Morales y Derechos Patrimoniales
Estos derechos de autor se dividen en dos tipos: los morales, o de reconocimiento, y los patrimoniales, o de comercialización.
Los morales reconocen que una obra pertenece a su autor y son irrenunciables e inalienables, por lo que no se pueden vender ni ceder.
Los patrimoniales son los que regulan la explotación económica de la obra. Eso significa que al autor le corresponden los referidos a la reproducción, distribución, comunicación pública, transformación y de colección. Y además se pueden vender, transferir o licenciar.
Dicho esto, el TFG podrías haberlo preparado junto a otros estudiantes o contando con la colaboración de alguna entidad pública o privada. En este caso, tendrás que tener en cuenta que:
– Si es un trabajo realizado en coautoría, es recomendable definir el porcentaje de participación de cada persona. Este dato quedará reflejado en el registro de la obra.
– Si es necesario traducirlo, asegúrate bien de que los derechos no queden en manos de la empresa que te preste el servicio.
– Si el proyecto lo realizas en colaboración con una universidad, lo habitual es que el autor la autorice para realizar las consultas necesarias, las difusiones o la exposición pública del TFG. Esto significa que podrá usar, reproducir, distribuir y comercializar el trabajo, pero la autoría siempre será tuya.