Cara.app se ha viralizado en las últimas semanas tras los cambios introducidos por Meta en los términos y condiciones de sus plataformas. La aplicación, aún en beta, se declara creada por artistas y para artistas, e incluye algunas funcionalidades especialmente pensadas para ellos. Se está convirtiendo en una alternativa para los creadores que quieren proteger su trabajo del scraping de la inteligencia artificial (IA). En los primeros días de junio el número de perfiles abiertos ha crecido de forma exponencial y ya supera el medio millón. Una cifra que aumenta cada día.
Espantada de los artistas de Instagram
Desde que Meta ha comenzado a entrenar su IA generativa con el contenido que suben sus usuarios, muchos artistas han huido de sus plataformas, sobre todo de Instagram. Una ventana emergente alertó a los usuarios de la actualización de su política de privacidad, que permite a la compañía utilizar las publicaciones, fotos, vídeos y otros contenidos de sus aplicaciones para capacitar a sus modelos de IA. Los artistas y creadores, por temor al uso no autorizado de sus obras, se están refugiando en Cara, red social de la que empezamos a informar en octubre de 2023.
Aceptar el uso de su trabajo para entrenar la IA o abandonar la plataforma
Excepto en la Unión Europea, debido a las leyes que se han promulgado, los usuarios no pueden optar por rechazar su participación en el entrenamiento de IA. Esta circunstancia afecta sobre todo a los artistas de Instagram, en especial a quienes lo utilizan para promocionar su trabajo. Como recoge Fast Company, «se enfrentan a la disyuntiva de permitir que sus publicaciones se utilicen para el entrenamiento de la IA, que podría recrear su arte sin permiso en el futuro, o abandonar su fuente de ingresos. Algunos optan por lo segundo».
Cara se ha convertido en el refugio de los creadores
Una buena parte de ellos están migrando sus contenidos a Cara, que se presenta como una aplicación que protege de la IA las imágenes de los artistas. En las preguntas frecuentes del sitio web de Cara, se asegura que la aplicación no entrena modelos de IA con sus contenidos ni permite que terceros lo hagan. También que utiliza «un servicio de terceros para automatizar la detección y moderación de cualquier obra de arte de IA que se publique en el sitio». Subir obras de arte no humanas a los portfolios de la plataforma no está permitido de momento. Declaran no tener planes de hospedar este tipo de obras mientras «no se regulen los problemas éticos y de privacidad en torno a los conjuntos de datos de entrenamiento».
Etiqueta para proteger del scraping aunque sin garantías
Para proteger del scraping, implementa la etiqueta «NoAI» en todas las imágenes, si bien admite que es imposible «garantizar» que se convierta en un escudo para los creadores. En todo caso, Cara valora este sistema de etiquetado como «un primer paso necesario en la construcción de un espacio acogedor para los artistas, que los respete como creadores y que no opte por someter su trabajo a un scraping de IA poco ético sin su consentimiento».
Un aspecto que valoran los usuarios de Cara en sus comentarios en redes es la incorporación de la herramienta Cara Glaze. Introduce una serie de cambios mínimos que resultan invisibles para el ojo humano pero suficientes para que el modelo de IA no sea capaz de replicar correctamente el estilo del artista. Para reforzar esta vía, contemplan implantar Nightshade, el programa que «envenena» los datos de entrenamiento de la IA añadiendo píxeles invisibles a las obras de arte y logra que malinterprete la imagen.
En pocos días superó el medio millón de usuarios
Si hasta mayo los usuarios de Cara se contaban por miles, en los últimos días ha recibido una avalancha procedente de Instagram que los cifra en más de medio millón. Entre quienes han migrado de la red social de Meta hay grandes nombres como Aaron Blaise, animador de Disney.
La fotógrafa Jingna Zhang, fundadora de Cara y una de las artistas que participa en las demandas colectivas contra Google y Stability por infracción de copyright de sus obras, informó de que habían superado los 100.000 usuarios el 31 de mayo. Una semana después, la cifra superaba los 700.000 usuarios.
Presión y reservas de los nuevos usuarios
Pero este ascenso meteórico, también viene acompañado de críticas y reservas de los nuevos usuarios. Cara aún está en fase beta y su reducido equipo de desarrolladores no da abasto para solventar los problemas que están surgiendo, como el cierre repetido de la aplicación o las continuas actualizaciones de los servidores por la gran afluencia de tráfico. Aunque tenían planes a futuro sobre cómo monetizar la plataforma para mantenerla a flote, la popularidad súbita está obligándoles a acelerar.
Por otro lado, Cara tendrá que ganarse la confianza de los artistas, ahora desmoralizados por las nuevas tácticas de Instagram. Muchos creadores se sienten también defraudados por sitios como ArtStation o DeviantArt, páginas en las que sus protestas contra las imágenes de IA que usan su arte sin consentimiento no son atendidas. Habrá que estar atentos al nuevo fenómeno.
Fuente: Fast Company