El gobierno británico se dispone a consultar sobre un plan que permitiría a las empresas de inteligencia artificial (IA) extraer contenido de editores y artistas a menos que «opten por no participar». La decisión se produce tras meses de discusiones entre las tecnológicas y las industrias creativas sobre si el contenido en línea debe incluirse de forma automática en el material que las empresas de IA pueden utilizar para entrenar sus algoritmos.
Las tecnológicas y los editores y creadores no acercan posturas
La posición de las grandes tecnológicas, incluida Alphabet, la propietaria de Google, es que deberían poder explorar internet libremente para entrenar sus algoritmos, y que las empresas y los creadores deberían tener la oportunidad de «excluirse».
Por su parte, los editores y creativos consideran que sería injusto e impracticable pedirles que se excluyan, puesto que no siempre es posible saber qué empresas intentan extraer su contenido y supondría una enorme carga administrativa para las pequeñas empresas. Defienden que la decisión debería pasar por «permitir activamente» que los sistemas de IA utilicen su contenido, de forma que puedan establecer acuerdos de licencia y recibir una compensación por su propiedad intelectual.
El gobierno del Reino Unido pretende realizar la consulta en breve
Ante la falta de consenso, el gobierno tiene previsto presentar en las próximas semanas una consulta sobre el modelo de «exclusión voluntaria» por ser su opción preferida, ha desvelado el Financial Times. Se trata de un modelo similar al adoptado por la UE a través de la Ley de IA, que autoriza a las empresas a extraer contenido de internet siempre que el titular de los derechos de autor y derechos conexos no haya denegado el permiso de forma expresa.
La reacción negativa de la industria podría replantear los planes
En todo caso, el plazo de la consulta podría retrasarse debido a que la publicación del Plan de Acción de IA está en pausa hasta que se apruebe el presupuesto de otoño el 30 de octubre, según el diario. No obstante, también se ha apuntado que, ante la creciente reacción negativa de la industria sobre la medida, los planes aún podrían torcerse.
De hecho, los directivos de los medios de comunicación del Reino Unido se oponen frontalmente a las propuestas, alegando que conducirán al robo generalizado de su material protegido por derechos de autor sin remuneración.
Preocupación por el peso económico de las tecnológicas
Por un lado, les preocupa que el Gobierno se deje influir por los argumentos de empresas tecnológicas que manejan grandes cantidades de dinero e, incluso, se han referido a la presencia de ejecutivos de Google en la reciente cumbre de inversión celebrada en Londres para captar capital.
Además, en septiembre se publicó un documento del lobby en el que Google afirmaba que «para garantizar que el Reino Unido pueda ser un lugar competitivo para desarrollar y entrenar modelos de IA en el futuro, [el gobierno] debería permitir [la extracción de textos y datos] tanto con fines comerciales como de investigación», informa el periódico económico.
Los editores advierten de la imposibilidad de verificar el scraping de la IA
Por el otro, los responsables de los medios de comunicación advierten de que no hay forma de verificar si una empresa de IA ha raspado sus sitios a menos que se le dé acceso a sus datos de entrenamiento. Una cuestión que no es fácil, puesto que algunas empresas de IA raspan archivos de contenido antes de salir al mercado, mientras que otras ofrecen diferentes condiciones de búsqueda en lugar de resúmenes generados por la IA.
La falta de acuerdo se arrastra desde hace un año cuando lo intentó la IPO
El año pasado, la Oficina de Propiedad Intelectual (IPO, por sus siglas en inglés), organismo público que supervisa las leyes de derechos de autor, convocó una reunión con empresas de IA y con los titulares de derechos con el fin de redactar una guía sobre la extracción de texto y datos. En el grupo convocado estuvieron presentes organizaciones artísticas y de noticias, incluidas la BBC, la Biblioteca Británica y el Financial Times, así como las empresas tecnológicas Microsoft, DeepMind y Stability.
Pero la reunión para crear un código de práctica voluntario concluyó sin acuerdo, de aquí que la responsabilidad de encontrar una solución viable haya vuelto a recaer en el gobierno. Desde esta instancia se asegura que «seguimos trabajando con las diversas partes interesadas y estableceremos los pasos a dar lo antes posible».
Fuente: Financial Times
