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Entrevista a Marta Martínez, colorista de cómics e ilustradora

Marta Martínez García es ilustradora, colorista de cómics, docente y escultora. Nacida en Zaragoza, es licenciada por la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Barcelona y ha trabajado como colorista para DC y Marvel, dando color, entre otros, a Batman, Superman, Wonderwoman, Capitán América, Iron Man, Lobezno, Captain Midnight o Skyman. Una buena colección de superhéroes puebla el currículum de esta artista que compagina su labor como autora con la docencia reglada, en un máster de Medicina Gráfica de la Universidad de Andalucía, y la no reglada, faceta en la que hace tándem con el ilustrador Josema Carrasco. 

Mi trabajo 

Ser colorista de cómics es un trabajo muy laborioso, bastante exigente, sobre todo en fechas de entrega, y básicamente consiste en reforzar la narrativa gráfica y el guion de la historia, crear ambientes distintos, dar distinto drama a las viñetas y a las escenas para acompañar la lectura, a veces escondiendo algunos elementos para hacerla más enriquecedora, y otras reforzándolos, impulsándolos. Porque el color es lo primero que vemos al abrir un cómic, por eso conviene hacerlo atractivo para que el lector sienta el gusanillo de querer leer la historia. 

Mis inicios 

Termino mis estudios y tengo varios amigos que trabajan ya en la industria del cómic con un agente que se llama David Macho y decido probar. Me pongo a colorear algunas páginas, le entrego un par de páginas o tres, le gustan y me dice «dame 10, que voy a llevar tu portafolio a Estados Unidos» y, a partir de ahí, pues no sé algo vieron los editores, porque yo era jovencita y tenía poca experiencia, y tuve mi primer trabajo para DC Comics. 

Mi secreto profesional 

Creo que es la honestidad y la seriedad, tanto a la hora de cumplir entregas como a la hora de comunicarme con el resto del equipo y respetar su trabajo, ya sean guionistas, dibujantes, entintadores o editores. Creo que hay que formar un buen ambiente de trabajo y ser, pues eso, una persona seria en lo que se espera de ti. Y, sobre todo en esta industria, cuando se espera que entregues. 

Mis referentes 

De cría tenía algunos cómics de cabecera con Mortadelo y Filemón, Superlópez o Astérix. De adolescente ya pasé a de adolescente ya pasé a Sandman, de Neil Gaiman. Y ya de adulta, mis dos grandes cómics son Guerra de clanes, de Darko Macan y Edvin Biucovik, y Top 10, de Alan Moore. 

Mi objetivo 

Depende de si la obra es una obra por encargo o si es personal. Si la obra es por encargo, lo que pretendo es cumplir con las necesidades de ese proyecto, la necesidad gráfica, la necesidad narrativa, el para qué se está haciendo y qué se pretende con ello. Ya puede ser un cómic, un cuento ilustrado o una escultura. Todos tienen un por qué y un para qué, y esto es lo que yo debo reforzar con el drama que aporta el color o lo que sea.

En la obra personal intento reflexionar acerca del ser humano, acerca de cómo nos estamos cargando el planeta. Y todo esto haciéndolo de una manera más simbólica, menos clara. Pero bueno, últimamente no tengo mucho tiempo para mi trabajo personal. 

Carrera poliédrica 

Depende del día de la semana y depende un poco de en qué proyectos esté trabajando. Yo diría que en la faceta que más cómoda me siento es en la de colorista porque tengo una trayectoria y una experiencia en la que he visto ya de todo. Hay días en los que la docencia es realmente como un valle. Es maravilloso trabajar con gente que está estudiando un máster y que realmente tiene un interés tremendo por aprender todo lo que le des. La escultura, sin embargo, es muy, muy exigente. Es muy divertida, me llena mucho, pero es muy sacrificada. 

Inteligencia artificial 

La inteligencia artificial puede ser una gran herramienta en campos como la ciencia, la investigación, pero creo que habría que separarla definitivamente de dos temas que son la guerra y el arte.

En cuanto a la inteligencia artificial generativa y su futuro, lo considero incierto. Creo que mucho de lo que estamos viviendo es una gran burbuja hinchada por mucho dinero y que conviene a ciertas empresas. Lo que veo en el presente me da muchísima lástima y pena por varios motivos que empiezan con que no puedo entender cómo estamos debatiendo acerca de algo que nace del robo, del robo masivo o, como ha dicho Noam Chomsky, del mayor robo del siglo XXI. ¿Cómo lo dejamos pasar cuando a todos nos educaron en que robar no estaba bien? El debate, sin embargo, no se centra en esto, no se centra en la pérdida de un derecho fundamental como es el de autor. Y estamos haciéndole la ola a ciertas tecnológicas que se están aprovechando de forma brutal del trabajo ajeno.

Por otro lado, me preocupa mucho la bajada de calidad en las obras. Lo estamos viendo ya. Hay una bajada de calidad en lo que se espera, por ejemplo, de portadas de libros. Como ilustradores nos han exigido mucho, mucho, mucho. Y ahora parece que cualquier cosa puede pasar en una portada. Y no hablo de manos con 25 dedos, sino de problemas de composición o composición repetitiva. 

Derechos de autor 

Creo que es complicado, pero sobre todo por lo que la sociedad entiende de los derechos de autor. Creo que aquí es donde habría que hacer una campaña de sensibilización para que todo el mundo entienda que los derechos de autor protegen la obra de cualquier persona, desde la fotografía que sube a su red social hasta la canción que un día se inventa, y cuál es el motivo de esa protección. No es otro que permitir que la gente pueda crear, pueda investigar, y que le repercuta de alguna manera positiva para no ser una pérdida de tiempo en este sistema en el que vivimos.

Entonces, no deberían llevarse mal si la gente entendiera que puedes compartir y aprender del trabajo de otra persona, pero no lucrarte con él. Creo que ahí viene el gran problema, que de nuevo es el lucro y la cuestión económica la que nos empuja a hacer las cosas mal. Y creo que ahí debería estar la reflexión, no tanto en si Internet es mala o es buena. Como herramienta puede ser maravillosa, aunque lo hayan convertido en una teletienda. El problema es qué hacemos de ella, no cómo gente responsable y qué es lo que queremos de esa herramienta. 

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