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La legalidad y fiscalidad del artista: consejos para cumplir con el fisco

El mundo del arte, con su vibrante creatividad y capacidad para trascender fronteras, enfrenta también una realidad menos glamorosa pero crucial: legalidad y fiscalidad.  

Gestionar estos aspectos puede significar un desafío considerable para muchos artistas, quienes a menudo prefieren centrarse en su obra antes que en la burocracia. Ignorar estos temas puede traer serias consecuencias legales y económicas. Por ello, es esencial que los artistas estén bien informados y gestionen adecuadamente sus obligaciones fiscales y de seguridad social. 

Darse de alta como autónomo de la cultura 

Uno de los primeros pasos que un artista debe dar para cumplir con el fisco es formalizar su actividad. Esto implica darse de alta como autónomo de la cultura, una figura que incluye a autores, artistas intérpretes, ejecutantes y otros trabajadores culturales que trabajan por cuenta propia. La definición clara y el encuadramiento de estos profesionales es crucial para acceder a las prestaciones y sistemas específicos que se derivan de esta categoría. Es fundamental que los ministerios de Hacienda, Seguridad Social y Trabajo operen de forma coordinada para evitar discordancias en esta labor. 

Por ejemplo, el establecimiento de tramos y cuotas de cotización específicos para los trabajadores autónomos de la cultura, valorando incluso la exención de la obligatoriedad de cotizar para aquellos cuyos rendimientos brutos anuales no alcancen el 50% del salario mínimo interprofesional, es una medida esencial para apoyar a los artistas con bajos ingresos. Asimismo, el sistema de alta ajustado a la intermitencia en la actividad profesional y la introducción de un sistema voluntario específico de cotización en el régimen especial de autónomos de la Seguridad Social son pasos necesarios para adaptar la seguridad social a la realidad laboral de los artistas. 

Impuesto sobre Renta de las Personas Físicas 

Una vez registrado, el artista debe ser consciente de sus obligaciones fiscales. El Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) es uno de los más importantes. Los artistas deben declarar sus ingresos y pagar el porcentaje correspondiente según su tramo de renta. Llevar una contabilidad clara y ordenada de todos los ingresos y gastos relacionados con la actividad artística es crucial. Deducir correctamente los gastos, como materiales de trabajo, alquiler de estudios, viajes relacionados con el arte y otros costos necesarios para la creación, puede reducir significativamente la carga fiscal. 

En relación al IRPF, es fundamental arbitrar la posibilidad de darse de alta previa en actividades económicas durante los períodos de investigación, creación, preparación y ensayos, permitiendo deducir los gastos incurridos durante ese período tanto en IRPF como en IVA. Además, es necesario regular, definir y delimitar los gastos deducibles en el IRPF para rendimientos de actividades económicas, proporcionando seguridad jurídica y reduciendo la incertidumbre sobre ciertos gastos que son fuente de litigiosidad, como los asociados al vehículo utilizado tanto para la actividad profesional como personal, o los vinculados con la vivienda lugar de trabajo de muchos autónomos de la cultura. 

IVA: emitir facturas correctas y hacer la declaración trimestral 

El Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA) es otro aspecto fundamental. La mayoría de los artistas deben cobrar IVA por la venta de sus obras y servicios, aunque existen excepciones y regímenes especiales que pueden aplicar en algunos casos. Es importante emitir facturas correctas y declarar trimestralmente el IVA recaudado y el soportado. Sin embargo, hay una necesidad urgente de ampliar el ámbito objetivo y subjetivo de aplicación del tipo reducido del IVA al 10%, una medida reclamada por el sector cultural desde hace tiempo.  

Esta ampliación debería incluir servicios prestados a cualquier productor audiovisual y de fonogramas, servicios prestados por personas jurídicas en las que la mayoría del accionariado sean intérpretes o artistas, y servicios prestados por entidades en régimen de atribución de rentas. 

La reducción del IVA es crucial, no solo para simplificar la carga fiscal de los artistas, sino también para permitirles competir en igualdad de condiciones con sus colegas de otros países europeos. Actualmente, los artistas españoles enfrentan una desventaja competitiva debido a los tipos de IVA más altos en comparación con otros países de Europa. Reducir el IVA aplicable a los servicios y productos culturales permitiría al sector cultural español operar en un entorno más justo y equitativo, fomentando tanto la producción como el consumo de bienes y servicios culturales en España. 

Este enfoque debe alinearse con la Directiva de la UE 2022/542, que busca crear una mayor alineación de los regímenes del IVA en los 27 Estados miembros. Hasta la fecha, los Estados miembros solo pueden aplicar un tipo reducido del IVA a las obras de arte, artículos de colección y antigüedades importadas, así como a las obras vendidas por los propios artistas.

En el marco de esta Directiva, estos objetos podrán beneficiarse de tipos reducidos del IVA (hasta el 5%) en el punto de venta en sus mercados primarios y secundarios locales y cuando sean adquiridos por museos. Los Estados miembros deben adoptar y publicar las disposiciones necesarias para transponer esta Directiva antes del 31 de diciembre de 2024. A día de hoy, solo Francia y Alemania han aprobado sus nuevos tipos de IVA reducido al 5.5% y 7%, respectivamente, que entrarán en vigor a partir del 1 de enero de 2025. 

Contribuir al sistema de seguridad social 

La seguridad social es un tema crucial y requiere una atención particular. Los artistas autónomos deben contribuir al sistema de seguridad social, lo que les da derecho a prestaciones como la asistencia sanitaria, jubilación, incapacidad y maternidad. No obstante, las características específicas de la profesión artística, como la intermitencia y la variabilidad de los ingresos, hacen que las cuotas puedan ser elevadas y desproporcionadas en relación con los ingresos. 

Es por ello que una de las medidas esenciales es el establecimiento por parte de la Seguridad Social de tramos y cuotas de cotización específicos para los trabajadores autónomos de la cultura, que reflejen mejor la realidad económica de estos profesionales. Se debería valorar la exención de la obligatoriedad de cotizar para aquellos cuyos rendimientos brutos anuales no alcancen el 50% del salario mínimo interprofesional. Además, se deben introducir fórmulas específicas para el ingreso de las cuotas de cotización y su periodicidad, adaptadas a la intermitencia de la actividad profesional. 

El sistema de alta ajustado a la intermitencia en la actividad profesional es otro aspecto que requiere atención. Permitir altas y bajas por días (y no por meses completos) un número de veces superior al permitido en general para todos los trabajadores autónomos es una medida que podría ofrecer mayor flexibilidad a los artistas, ajustándose mejor a la naturaleza de sus trabajos y proyectos. 

Asimismo, se deben establecer sistemas específicos para el cómputo de los días cotizados que permitan construir carreras de cotización que den lugar a prestaciones dignas. Esto podría aplicarse mediante un sistema análogo al establecido para los artistas bajo relación laboral especial en el Régimen General, donde se consideren como asimilados al alta y cotizados los días que resulten por aplicación de las reglas que se establezcan en función de los rendimientos netos declarados y las bases de cotización fijadas específicamente. 

Cese o suspensión de actividad 

La prestación especial por cese o suspensión temporal de actividad es otra medida relevante. Este tipo de prestación debería estar disponible para los artistas, teniendo en cuenta las particularidades de sus carreras y la posibilidad de periodos de inactividad no deseados. 

Maternidad con bonificaciones especiales 

En cuanto a la maternidad, es fundamental mejorar la cobertura y acceso a las prestaciones durante el embarazo y la lactancia. Las mujeres trabajadoras de la cultura deberían tener acceso a bonificaciones específicas, como la tarifa plana para los primeros años de emprendimiento y la bonificación del 80% de la cuota por contingencias comunes durante 24 o 36 meses tras el cese de la actividad por maternidad. Estas medidas facilitarían y animarían a las mujeres a retomar sus carreras de forma profesional. 

Subvenciones y ayudas 

Además, los artistas deben estar al tanto de las posibles subvenciones y ayudas disponibles para el sector cultural. Estas ayudas pueden provenir tanto de instituciones públicas como privadas, y pueden ser una valiosa fuente de financiación. Estar informado y presentar solicitudes bien documentadas puede marcar la diferencia en la viabilidad económica de un proyecto artístico. 

Asesoramiento profesional 

Un consejo práctico para los artistas es contar con el asesoramiento de un profesional en temas fiscales y legales. Un gestor o asesor especializado en el sector cultural puede ayudar a evitar errores comunes, aprovechar al máximo las deducciones fiscales y garantizar el cumplimiento de todas las obligaciones. La inversión en un buen asesor puede ahorrarle al artista muchos problemas y permitirle centrarse en lo que realmente importa: su obra. 

En conclusión, la fiscalidad y la legalidad son aspectos ineludibles para cualquier artista que desee desarrollar su carrera de manera sostenible y profesional. Conocer y cumplir con las obligaciones fiscales, llevar una contabilidad ordenada, contribuir a la seguridad social y aprovechar las ayudas disponibles son pasos esenciales. Al final del día, estar en paz con el fisco no solo evita problemas legales, sino que también permite al artista dedicarse plenamente a su pasión con la tranquilidad de estar cumpliendo con sus responsabilidades. 

🪧 Aviso: los artículos de Opinión reflejan las perspectivas de sus autores. SafeCreative no se identifica necesariamente con los puntos de vista expresados en ellos.
Alberto González Pulido 
Alberto González Pulido 
Abogado especializado en propiedad intelectual, también ejerce de comisario y gestor cultural. Inquieto y comprometido, es un profesional de acción miembro de la junta directiva de AICAV (Asociación Islas Canarias Artistas Visuales). Foto de perfil por Pablo Lorente.

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