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¿Qué hacer en caso de plagio? 

En los libros, en las canciones e, incluso, en las investigaciones científicas, los autores ponen una parte de sí mismos. Su trabajo no es, por tanto, el resultado de una inteligencia artificial produciendo en cadena, sino el de un proceso creativo que acaba reflejando parte de la esencia de las personas implicadas en su creación. Por eso, debe de haber pocas sensaciones más frustrantes para los creadores que descubrir que alguien ha plagiado su trabajo. 

No se trata de simple piratería en la que lo que se les roba es la posibilidad de monetizar y controlar cómo se distribuye su creación, sino que, además, se les niega el reconocimiento. Gracias a Internet, es más sencillo que nunca acceder a todo tipo de contenidos a nivel mundial. Dada esta situación, es esencial que los creadores estén protegidos y sepan sus derechos al defender ese trabajo en el que se han puesto tanto de sí mismos. 

Para ello, el primer paso, y a pesar de que no es obligatorio, debe ser registrar las obras para que quede constancia fehaciente de su autoría y para articular, llegado el momento, las acciones necesarias para denunciar el plagio y que se actúe contra él antes de que pueda causar más daño. 

Plagiar puede conllevar penas de prisión 

En España y en Europa, los artistas están respaldados por un sólido marco legal en continua expansión. A pesar de que, por ejemplo, en la Ley de Propiedad Intelectual no venga recogida específicamente la palabra «plagio», el Código Penal sí que la recoge en su artículo 270

  • Castigo para quienes plagian: En él se establece una pena de prisión de seis meses a cuatro años y una multa de doce a veinticuatro meses para la persona que, con intención de obtener un beneficio económico y en perjuicio de un tercero, que sería el autor, «reproduzca, plagie, distribuya, comunique públicamente o explote económicamente» de cualquier modo una obra. 
  • Castigo para quienes faciliten el plagio: el Código Penal español, además, reconoce el mismo castigo para quien «de modo activo y no neutral» que se distribuya o se produzca ese plagio. En este sentido, los medios de comunicación no están obligados a comprobar que la autoría de una obra que reproducen sea efectivamente de una persona, pero sí a no distribuir plagios conscientemente y a no obtener un beneficio económico por ello. 

Además del artículo 270 Código Penal, España tiene activos otros círculos de protección alrededor de los autores. En 2021, por ejemplo, se llevó a cabo una transposición de la directiva Copyright de la Unión Europea al marco legislativo español para ampliar los derechos de los creadores.  

En ese sentido, nuestro país también dispone de una Ley de Propiedad Intelectual específica que el Ministerio de Cultura justifica porque «los derechos de propiedad intelectual otorgan, además del reconocimiento a los creadores, la retribución económica que les corresponde por la realización de sus obras y prestaciones. Es también un incentivo a la creación y a la inversión en obras y prestaciones de la que se beneficia la sociedad en su conjunto».

Denunciar y detectar un plagio 

Cuando un artista descubre que su trabajo ha sido plagiado, existen varios mecanismos que pueden utilizar para denunciarlo: 

  • Contactar con un abogado: presentar una denuncia es, sin duda, la vía más contundente, pero, dependiendo de la magnitud del plagio, puede no ser la más efectiva. Un proceso judicial, que puede llegar a dilatarse varios años en el tiempo y a requerir la inversión de grandes cantidades de dinero hasta su resolución, puede ser indicada para grandes empresas, discográficas o editoriales, y siempre en el caso de que sea un plagio con grandes repercusiones económicas, pero no para asuntos más cotidianos. 
  • Denunciar ante las autoridades específicas: para una respuesta rápida, es más recomendable presentar directamente una reclamación ante organismos como la Oficina de Propiedad Intelectual o la Agencia Española de Protección de Datos. 
  • Contar con el respaldo de una plataforma: en cualquiera de las dos vías anteriores, sin embargo, el autor va a necesitar pruebas que demuestren que la obra en cuestión es propiedad suya. Por ello, es recomendable utilizar plataformas como Safe Creative, en las que no solo se expide un certificado de autoría reconocido internacionalmente, sino que además cuenta con un sistema de notificación de uso indebido de las obras. 
Alberto Muñoz
Alberto Muñoz
Periodista en El Periódico de España, donde está especializado en Tribunales e Investigación.

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